Una docena de jovencitas ‘se pelean’ con acordeón al pecho la recién creada categoría de Acordeoneras Menores del 52 Festival de la Leyenda Vallenata. El escenario de la contienda es, desde ayer, el Centro Recreacional La Pedregosa, en el norte de Valledupar. Abrieron la jornada interpretando los aires de paseo y merengue, y hoy lo harán con la puya y el son.
Entre las concursantes, con una cabellera que le llega más abajo de las caderas, está María Victoria Castilla Madero, una de las miles de víctimas que ha dejado el conflicto armado en el Caribe. El 20 de enero de este año, en su natal Arjona (Bolívar), su padre, Luis Elviro Castilla Beltrán, fue asesinado a bala.
'Llevo tres años tocando el acordeón, fue una herencia de mi papá, ya que él era un acordeonero excelente, lástima que no tuvo tiempo de tomarlo profesionalmente, pero era muy bueno', narró.
María Victoria sostuvo que se sintió cómoda en su primera presentación. La seguridad en la tarima fue lo suyo, pero admite que entre cada nota recordó a su padre, tratando de superar el dolor que le dejó la violencia.
Duelo de favoritas
Zaide María Gutiérrez Pabón lleva cinco años participando en el Festival Vallenato, antes lo hacía en la categoría infantil y hoy se abre paso como una de las favoritas en la nueva categoría, en la cual se siente a gusto.
'Sabemos que ahora las mujeres están surgiendo mucho en el vallenato, y me siento preparada para lograr la corona de este año', señaló.
En 2016 fue reina infantil en el Encuentro Vallenato Femenino, modelo que adoptó la Fundación Festival de la Leyenda Vallenata para entregar ahora un espacio exclusivo de competencia a las mujeres.
Otra de las favoritas del público es Isabel Sofía Picón Mora, una ocañera que dice venir a darla toda ya sea en una categoría de solo mujeres o mixta.
'Me parece igual, e incluso hay muchas mujeres que tocan mejor que los hombres', sentenció.
Clemente ‘Pachín’ Escalona, directivo de la Fundación Festival Vallenato, sostuvo que esta categoría se abrió para dar un espacio que anteriormente no tenía el género femenino. 'Se les califica lo mismo que a los hombres, pero se tiene en cuenta su fragilidad y delicadeza, porque se estaba notando que las mujeres estaban adoptando los ademanes y gesticulaciones de los hombres'.
Escalona asegura que con esta nueva categoría se está respetando 'la forma de ser de la mujer', y reconoce que 'es un poco tarde'.





















