Una carroza de carnaval en Bélgica que caricaturiza a judíos ortodoxos sentados sobre sacos de dinero suscitó la indignación de la Comisión Europea y de la Unesco, que denunció este miércoles una 'representación antisemita'.
'El espíritu de sátira del carnaval de Aalst (norte) y la libertad de expresión no pueden utilizarse como excusa para tales manifestaciones de odio', criticó en un comunicado la agencia de Naciones Unidas para la educación y la cultura.
La Unesco, que llamó a las autoridades belgas a actuar, que inscribió este carnaval en 2010 en la lista representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad, como lo es también la cerveza en Bélgica desde 2017.
Para Ernesto Ottone Ramírez, subdirector para la cultura, 'más allá de los valores de respecto y de dignidad defendidos por la Unesco, estas indecentes caricaturas van contra los propios principios fundadores del patrimonio inmaterial de la humanidad'.
La carroza señalada, que participó en el desfile del domingo en las calles de esta localidad neerlandófona ante miles de personas, ya generó las protestas de varias asociaciones judías y del ejecutivo europeo.
Un portavoz de la Comisión calificó el martes de 'impensable que este tipo de desfiles tengan lugar en las calles europeas 74 años después del Holocausto' y recordó la necesidad de luchar contra el antisemitismo en la Unión Europea (UE).
Joël Rubinfeld, presidente de la Liga belga contra el antisemitismo, defendió la reacción de Unesco y aseguró a la AFP que asociar judíos ortodoxos al dinero y el poder es 'la trivialización de un viejo cliché, un viejo mito del antisemitismo'.
Las imágenes difundidas por la televisión muestra a varios niños divirtiéndose en la carroza disfrazados de judíos ortodoxos, con un sombrero negro y tirabuzones.
Rubinfeld indicó que estudian la posibilidad de denunciar el caso. Por su parte, el alcalde de Aalst, del partido nacionalista flamenco N-VA, denuncia una 'forma de censura'.
'De pullas inocentes a provocaciones directas. En Aalst, todo es posible y eso es bueno', añadió Christoph D'Haese en una artículo del periódico flamenco Het Laatste Nieuws.





















