En video | Carolina, la reina de la alegría en la Ciudad Dorada

Desde las profundidades del río grande de la Magdalena emergió majestuosa la protectora de una ciudad áurea como el oro. Ella, custodia de una población río arriba llamada La Arenosa, de naturaleza alegre y tranquila, salió a la superficie para defender a sus aldeanos de una cruenta amenaza: seres malignos que atentaban con robarles la felicidad.

Esta guardiana es Carolina Segebre, la reina del Carnaval de Barranquilla 2019, que desde anoche porta la corona que la oficializa como el timonel de las fiestas más importantes de Colombia.

A las 8:48 p.m., se inició el evento de coronación en el que la reina del Carnaval y su momo, Freddy Cervantes, libraron una batalla contra los aburridos del Carnaval.

Con una cohorte de negros de la danza del Congo Reformado, temeraria la reina Carolina elevó el machete de esta danza guerrera. La soberana, en medio de una cuadrilla, juró defender a su amada Arenosa del brazo de su inseparable momo.

En la narrativa de naturaleza fantástica, la cumbia fue homenajeada como ritmo madre 'de todas las sonoridades musicales'. En un recorrido por las diferentes músicas, la reina tuvo diversas apariciones y cambios de vestuarios representando danzas como el son de negro, la puya, el mapalé, el merengue, el merecumbé, la salsa, la música africana y el reguetón.

Canciones como Las mujeres, de Joe Arroyo; Gloria Peña, del maestro Adolfo Echeverría; Ay cosita linda, de Pacho Galán; La tierra del olvido, de Carlos Vives; Sopa de caracol , de Banda Blanca; Soy un hombre divertido, de Wilfrido Vargas; Mi gente, de J Balvin; entre muchos otros éxitos sonaron como parte del espectáculo.

Las décimas del exrey Lisandro Polo fueron el hilo conductor de una historia en la que el millo simbolizó la fuerza, el impulso, la diástole que le dio al corazón de estos seres segregados por la oscuridad, un nuevo latir. Ahora palpitante al son de la tambora. Estos seres oscuros transmutaron en los nuevos carnavaleros.

Más de 600 bailarines en escena le dieron vida al espectáculo cuya tarima simuló un teatro griego. Video mapping, efectos especiales, lanzallamas y show de luces apoyaron el espectáculo que se debatió entre la divinidad y lo humano, dándole un carácter místico a las manifestaciones materiales y espirituales que integran el quehacer cultural de la región.

Los reyes del Carnaval recibieron la corona de sus antecesores, Valeria Abuchaibe y Ricardo Sierra. Carolina lució un diseño de Alfredo Barraza color morado llamado Emperatriz del Carnaval en homenaje a las flores de la trinitaria que atavían jardines de casonas del Barrio El Prado entre otros de la ciudad. El rey Momo por su parte, vistió un traje blanco con destellos plateados llamado Versos del Carnaval elaborado por estudiantes de Diseño de Modas de la Universidad Autónoma del Caribe.

La velada, resplandeciente como el dorado de la ciudad de Carolina, cerró con broche de oro. En medio de pirotecnia y luces, en el escenario se escuchó una voz que decía: 'Barranquilla, aquí está tu reina'. Con júbilo, el público ovacionó el evento despedido con el himno de las carnestolendas de Carolina, Pura alegría y sus intérpretes subieron al escenario, Checo Acosta, Mr Black y Eddy Herrera le agregaron más magia a la velada.

Terminado el show Ciudad Dorada, Carlos Vives cumplió el mandato de la reina, cómo se lo prometió el 14 de diciembre en medio de su Vives Tour, cantó y se entregó al público barranquillero.

Carito, Bailar contigo, Pescaíto, Ella es mi fiesta, Volví a Nacer, La cañaguatera, Nota de amor, la Tierra del olvido, La Bicicleta, Un poquito, hoy tengo tiempo, Luna Nueva, Pa Mayte, entre otras de su extenso repertorio.

Con Décimas, un Vives más vivo que nunca volvió a decirle a La Arenosa, una tierra anfibia y hermana, que la Ciudad de New Orleans se parece a Barranquilla como el mango al jobo, la guama a la cañandonga y la pitaya al torombolo.

La soberana Carolina Segebre visitó ayer la redacción de EL HERALDO y contó algunas anécdotas del show de coronación. No todo salió cien por ciento de acuerdo al libreto. Aunque la reina tuvo cerca de diez cambios de vestuario, el traje de congo, uno de sus favoritos, salió incompleto. 'Me hizo falta el turbante, no alcancé a ponérmelo porque no lo encontré y me tocó salir sin él', dijo entre risas.

Además explicó que el rey Momo se le perdió algunas veces y en un momento del show se vistió con el traje equivocado. Por otro lado dijo que la coronación fue un momento inexplicable que le produjo una inmensa alegría.