Los colores circenses y los ritmos caribeños se apoderaron ayer de la audiencia del Papa Francisco. Los artistas del Circo de Cuba sorprendieron a los fieles y al Papa con un espectáculo de malabares.
La máxima autoridad de la Iglesia Católica les pidió que se mantuvieran 'ofreciendo belleza a todo el mundo' con las actividades que realizan.
'Quiero agradecer a los artistas del Circo de Cuba. Ellos con su espectáculo portan belleza. Se requiere mucho esfuerzo para hacerla. Hemos visto mucho entrenamiento', dijo al finalizar la audiencia general y emitir saludos a los presentes.
En medio del espectáculo, uno de los artistas le dio un balón al pontífice para que le diera vueltas sobre su dedo, lo cual generó una sonrisa en Francisco y los aplausos de los asistentes.
Cuerdas, aros, balones, acrobacia y música tropical hicieron parte de la presentación que duró cerca de seis minutos y en la que Francisco reconoció con alegría 'el entrenamiento' visto.
Aseguró que 'la belleza siempre eleva el corazón, nos hace mejores a todos'. Por lo cual es la misma belleza la que 'nos porta la bondad y también a Dios. Continuad así, ofreciendo belleza a todo el mundo'.
Rayo de bondad
Dentro de sus palabras a los asistentes, aseguró además que somos hijos de un Dios que enseña y que lleva hasta las últimas consecuencias, 'no superhombres capaces de lo que nadie puede hacer'. Al contrario, somos tan pecadores como los demás, 'pero podemos ponernos delante de la zarza ardiente del misterio divino y llamarle Padre, dejándonos renovar por su potencia y reflejar un rayo de su bondad en este mundo sediento de bien'.
Y es justamente en este contexto se encuadra la enseñanza del Padre nuestro, afirmó.
Agregó que 'Dios no quiere ser 'amansado' con largas retahílas de adulaciones, como hacían los paganos para captar la benevolencia de la divinidad; basta hablarle como a un padre que sabe lo que necesitamos antes incluso de decírselo. Del mismo modo, la oración no es un acto hipócrita, ateo, que no tiene otro interés que ser admirados'.
