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Se acabó el invicto. Junior jugó anoche —por lejos— el peor partido en lo que va de la Liga II-2025, dándole vida a un Millonarios, que, con poco, se impuso (3-0) de manera justa y contundente, gracias a los goles de Sebastián Viveros, Joseph Arévalo y Danovis Banguero. Era una prueba para los dirigidos por Alfredo Arias y terminó papelón.

El panorama era perfecto. El cuadro barranquillero llegaba líder, invicto y enfrentaba al colero, un equipo embajador en plena crisis, con técnico interino y con la afición en su contra. Todo servido en bandeja. Pero en nuestro fútbol —el querido fútbol colombiano— no siempre 1+1 es 2, y mucho menos con Junior…

Los rojiblancos salieron a imponer condiciones, sin tener claridad adelante. En los primeros minutos lograron apoderarse de la posesión y el control del juego, pero sin hacer daño.

El balón corría de un lado a otro, buscando los espacios que no brindó Millonarios, seguro en defensa mientras agarraba confianza para hacer daño, como finalmente lo hizo.

‘Tití’, novedad en el frente de ataque, deambulaba ‘sin ton ni son’ adelante, como queriendo demostrar el por qué no es titular. En el medio las ideas carecían. Jesús Rivas volvió a brillar por su ausencia, mientras que Castrillón y Jhon Fredy Salazar pasaban desapercibidos por los costados, controlados fácilmente por la defensa albiazul.

Y cuando Millonarios reaccionó y atacó, se vieron las falencias atrás, con un Jermein desconcentrado, un Báez arrastrado por la inoperancia de sus compañeros, unos laterales que no producían absolutamente nada y un arquero que se vio inseguro cada vez que lo probaron. Todo era un mar de nervios.

El primer gol embajador destapó los horrores de Junior, que no volvió a meterse en el partido. Alex Castro cruzó un balón que le quedó servido a Sebastián Viveros, para fusilar sin contemplación al arquero Silveira.

Fue un golpe contundente a la moral de un equipo barranquillero que nunca se encontró en el gramado de El Campín.

El segundo tanto fue la ratificación del desastre que se veía en la cancha. Marca pasiva en el medio, con Guillermo Celis comprometido, que termina con un remate cruzado de Joseph Arévalo, que deja sin opciones a Silveira.

No era solo que Millonarios hacía daño con muy poco, sino que no había reacción de un equipo que parecía haber aprendido a levantarse cuando le tocaba ‘remar en contra de la corriente’ (lo había hecho varias veces en este arranque de la Liga II -2025).

El técnico Alfredo Arias pateó el tablero en el entretiempo. Realizó tres cambios buscando la reacción de sus dirigidos, pero los que entraron lo hicieron con la misma actitud de los que salieron: flojos, perdidos, sin ideas, sin la ambición que se le pedía a un equipo que no supo llevar sobre sus hombros el rótulo de favorito.

El 3-0 ya dejó sabor a papelón, a ridículo. Banguero recibió un pase entre líneas y sacó un remate que no supo controlar el arquero Silveira, comprometido en el gol. En un principio el árbitro no había convalidado la anotación, pero luego con la ayuda del VAR el marcador se elevó, entendiendo que la pelota sí había entrado por completo al arco visitante.

Papelón. Junior quedó como un zapato en la fría capital y las dudas comienzan a asomarse.