Se fue un GRANDE del periodismo, de la docencia, de la dirigencia y de la decencia. Todo esto contenía Jorge Humberto Klee en la excelente persona que fue. Profesor, decano, periodista, narrador deportivo y amigo.
He encontrado un casete del Campeonato Nacional de Boxeo de 1978 escenificado en San Andrés Islas. Por una especial deferencia de Emilio Zogby, narramos las peleas del mismo a través de la inolvidable Voz de las Islas. Desde los confines de esos años 70 lo conocí y tuve la fortuna de compartir tantas cosas de la vida con él.
Presidente de ACORD Atlántico y dirigente connotado de la Asociación Mundial de Boxeo en los mejores tiempos del boxeo orbital.
Klee fue un hombre fiel a sus principios de vida, a sus postulados de educador, a sus propósitos como Decano de la Facultad de Periodismo de Uniautónoma y a su relación con sus congéneres.
Su partida me sorprendió. Hace muy poco nos habíamos encontrado y aunque, sabía que batallaba por permanecer entre nosotros, lo sentí vital, sonriente, hablándome de esa batalla que aspiraba a ganar. Confieso que su sonrisa y su confianza me convencieron que así sería.
Klee fue viendo como se fue su hija primero, su esposa después y, aunque esos desprendimientos fueron los suficientemente duros y tristes, él siguió en este mundo con la decisión de vivir con la misma alegría, rectitud y generosidad.
El que acaba de partir sí que fue un hombre bueno, ciudadano de bien, educador de corazón, periodista por convicción, amigo leal y dirigente de altura, de esos sin dobleces.
Todo eso y más encarnó el Dr. Jorge Humberto Klee. El mismo que ha subido al seno del buen Dios a reunirse con los suyos…