Luis Enrique está más cerca de su ansiada final. Su Paris Saint Germain, que demostró estar un paso por delante del Arsenal, se llevó el triunfo en el Emirates Stadium gracias a un tanto de Ousmane Dembelé y puede certificar en el Parque de los Príncipes su presencia en la segunda final de la Champions League de su historia.
Los franceses, apoyados en el golazo de Dembelé a los tres minutos y en las paradas de Gianluigi Donnarumma, sacan una gran ventaja de cara a la vuelta, que jugarán en casa, y obligan al Arsenal a remontar por primera vez en esta Champions.
Si Mikel Arteta quería un ambiente que nunca se hubiese visto en el Emirates Stadium lo consiguió. Sonó el “North London Forever” como nunca antes, hubo un vídeo motivacional del técnico español en los videomarcadores y dos tifos. Era la mejor noche en la historia de este estadio, pero el misticismo duró tres minutos.
Lo que tardó Dembelé en recibir a campo abierto, encontrar en banda a Kvaratskhelia y rematar el francés con la zurda el envío del georgiano. Fue un tanto que heló al Emirates durante unos segundos, lo que tardó en rugir de nuevo el estadio londinense, que años atrás se hubiera hundido, pero que ahora reacciona con otra cara ante los contratiempos.
La actitud estaba ahí, pero si no hubiese sido por las paradas de David Raya, que le sacó dos manos magníficas a Kvaratskhelia y a Doué, el Arsenal podría haber perdido la eliminatoria en media hora.
Con el paso de los minutos, mejoró el equipo de Arteta y dispuso del empate en las botas de Martinelli. La misma jugada que le coronó en el Santiago Bernabéu contra Thibaut Courtois, aquí le apagó el sueño la manopla izquierda de Donnarumma. La primera gran parada del italiano cerró la primera parte, lo que derivó en un comentario premonitorio de Wayne Rooney en televisión. “Lo peor está por llegar para el Arsenal”, dijo la leyenda del Manchester United.
Y nada más salir de vestuarios, empataron los ‘Gunners’. Falta lateral de Declan Rice y cabezazo de Mikel Merino. Una celebración que duró unos instantes, hasta que recorrió por la grada el rumor de que era fuera de juego. Tras tres minutos de revisión, el VAR confirmó la posición antirreglamentaria y el globo de ilusión del Arsenal sufrió un pinchazo importante.
La segunda puñalada la infligió Donnarumma, con una mano sensacional abajo a Leandro Trossard, mejor aún que la de Martinelli. El italiano vivía otra noche de gloria en Londres, como hace cuatro años cuando, con sus paradas dio la Eurocopa a Italia contra Inglaterra en Wembley.
Al espigado arquero aún le quedaba otra salvada a Bukayo Saka, desesperando al canterano ‘Gunner’ que pensaba que esta sería su noche y se encontró con un muro en el lateral como Nuno Mendes.
Sin necesidad de volverse loco buscando el segundo gol, el PSG controló los tempos, mantuvo la posesión para frenar la efervescencia del Arsenal y se sostuvo con Donnarumma para sacar un resultado brillante de cara a la vuelta en el Parque de los Príncipes.
Barcola, que entró en los últimos minutos en sustitución de un tocado Dembelé, pudo y seguramente debió aumentar la ventaja. En una no se atrevió a disparar, prefiriendo esperar a un compañero, y en otra su remate contra Raya se marchó llorando pegado al palo. Quizás se acuerde de estas dos ocasiones en una semana, cuando el Arsenal necesitará remontar para volver a una final 19 años después y el PSG tiene a tiro la segunda final de su historia, la primera tras el paso de Neymar y Kylian Mbappé.