El fútbol es como una religión para Julio Ruiz y Alberto Linero. El sacerdote sabanalarguero, de 56 años de edad, es fiel devoto de Junior, mientras que el padre samario, de 53 calendarios, ‘le rinde culto’ al Unión Magdalena. Les encanta, les fascina, les apasiona el balompié, y laten al lado de sus equipos del alma.
'Desde siempre', dice Linero. 'Desde el vientre de mi madre', asegura Ruiz.
Sus carreras sacerdotales han estado teñidas de rojiblanco y de azulgrana. La Biblia y el balón han avanzado de la mano en la vida de ambos. Apretaron una estampita clamando un gol, elevaron plegarias por una clasificación, festejaron goles en una misa, se pusieron la sotana encima de las camisetas de sus clubes. 'Nunca he dejado de ser hincha, mi vocación sacerdotal no debilitó mi pasión por el Junior ni viceversa, al contrario, se me han afianzado más las dos cosas', asegura Julio Ruiz.
Con motivo del clásico costeño entre ‘el Tiburón’ y ‘el Ciclón’, que se disputará hoy, a partir de las 4:05 p.m., en ese templo futbolero llamado estadio Metropolitano Roberto Meléndez, EL HERALDO los contactó para que se desahogaran y expresaran abierta, amigable y alegremente lo que sienten previo a este duelo que no se vivía desde 30 de septiembre de 2019, año en que el cuadro magdalenense descendió a la B.
El ‘derbi sacerdotal’ comenzó tranquilo. 'Somos hinchas furibundos, cada uno de su equipo, en un marco de respeto. Ambos somos presbíteros, así que Alberto sigue siendo sacerdote. Abandono el Ministerio, pero sigue siendo sacerdote', expresó Ruiz en el comienzo del diálogo con EL HERALDO.
'Julio es un gran tipo, lo conozco bien, estudiamos juntos en Barranquilla, en el Seminario', cuenta Linero.
EMPIEZA EL ‘CLÁSICO’. Todo marcha en completa paz hasta que se les comienza a preguntar más específicamente por el tradicional enfrentamiento. La ironía y jocosidad típicas del folclor futbolero (que es lo único que debe existir entre dos adversarios deportivos) empiezan a salir a flote.
'Alberto es un hincha ciego del Unión Magdalena. No termina de entender que Junior es Junior y es el papa del Unión. No hay nada qué hacer', dice riéndose.
El padre Linero no se queda callado, imposible, y posteriormente le responde cada cosa a Ruiz. Se fue con todo: 'Yo creo que el cura tiene miedo que un equipo recién ascendido le gane en Barranquilla. Estoy seguro que va a rezar más rosarios'.
El hombre que hizo popular la frase 'el man está vivo', refiriéndose a Jesucristo, pronostica con firmeza que el Unión, a pesar de que acumula tres derrotas consecutivas y sin marcar goles, 'jugará un buen partido porque Junior es fuente de motivación'.
'Se enfrentan el primer campeón de la Costa (Unión) y un equipo que en los últimos años ha tenido buenos resultados (Junior). El clásico es un partido aparte, y aunque Unión venga en una situación complicada, estoy seguro que hará un gran partido, a pesar de la diferencia en nómina y en dinero, que es muy grande. A nosotros los samarios nos inspira ese rojiblanco cuando lo tenemos enfrente', afirma Linero, que va lanzando más dardos y chanzas a medida que transcurre la charla.
'Unión puede perder 100-0 con cualquiera, pero nos ponen el blanco y rojo ese enfrente, y nos acordamos que los dueños del fútbol en la Costa hemos sido siempre los samarios. No se les olvide que Junior no ha podido ser campeón si no tiene un samario jugando', dispara el seguidor del conjunto bananero.
CONTRAGOLPE. Ruiz, muerto de risa al enterarse, a través de EL HERALDO, de todos los comentarios de Linero, afila su lengua y contraataca: 'Quien tiene miedo es mi amigo Alberto. Y que se prepare porque mañana ‘el Tiburón’ come cayeye hasta el cansancio. Ah, y debe saber que el 80% de los samarios son hinchas de Junior, y todos los jugadores de allá quieren venir a jugar con la rojiblanca. La mayoría de los pescaiteros son junioristas, el barrio ‘Pescaíto’ de Santa Marta se debería llamar ‘Tiburoncito’'.
El capellán y profesor de religión del colegio la Normal La Hacienda, que estará viendo el clásico en la tribuna occidental baja del ‘Metro’, cree que Dios le echará una mano a su escuadra. 'Junior es de toda la Costa Caribe y tenemos hinchada en todo el país, somos más los que oramos por ‘el Tiburón’ (risas)', apunta orgulloso.
El padre Linero, que es profesor universitario y trabaja con Blu Radio en Bogotá, ciudad donde le tocará mirar el encuentro a través de la televisión, piensa que la ayuda divina será para su amado ‘Ciclón’.
'Cuando yo leo el evangelio, me encuentro con el cántico de María, el Magníficat, y me doy cuenta que Dios está a favor siempre de los humildes y no de los poderosos, y como Junior es un poderoooso (hace énfasis), entonces, si Dios tendría que definir a favor de alguien, será a favor del humilde y el pequeño, que es el Unión Magdalena, y no del poderoso, que lo mira a uno desde arriba y con esa soberbia de creer que tienen hinchas en todas partes y por eso nos van a ganar (risas)'.
EL DESAFÍO. Julio Ruiz desea que el padre Linero mantenga intacta su fe por la escuadra magdalenense. 'Ojalá. Ese equipo necesita de sus oraciones, está muy desbarajustado. La sola manera como ascendió, deja ver cómo está', comentó el juniorista haciendo alusión a la controversia y suspicacias que se despertaron en la última jornada del torneo de la B 2021.
'Lamento que el cura no haya visto la reclasificación del torneo pasado, el Unión fue uno de los grandes equipos del año, si revisa los resultados se dará cuenta que Unión hizo una campaña realmente sólida y regular', ripostó Linero.
'Yo no estuve de acuerdo como Llaneros decidió la situación, pero no creo que el Unión tenga la culpa de eso. ¿Qué culpa tiene la estaca si el sapo salta y se ensarta? El problema fue de Fortaleza que tenía que ganar sus partidos. Unión hizo lo que tenía que hacer. En el ascenso no hay nada que criticarle al Unión', añadió.
El samario presume que deberá confesarse después del juego entre rojiblancos y azulgranas. 'Si me toca mentar madre muchas veces, buscaré al padre Julio para que me dé la absolución'.
'Claro, yo le escucho la confesión y le hago exorcismo a él y al mismo Unión, de pronto quedan endemoniados después del partido (carcajadas)', respondió el atlanticense
Ambos recalcaron varias veces que este ‘clásico sacerdotal’ 'solo es buen humor y folclor'. 'Todos somos hermanos. Vivimos el fútbol con alegría, respeto y buen ambiente. Así lo deben vivir todos', expresó Ruiz.
'Quiero y extraño a Barranquilla y a su gente, en el único momento que estamos en contra es cuando llega este clásico y me toca recordarles lo que hacen en la playa, pero solo en momentos de fútbol y su folclor, de resto yo soy ‘samaquillero’', dijo Linero.
¿El duelo se cerró con una oración?... No, con un desafío que propuso el padre Alberto Linero: 'Si Junior gana, le pago una cena a Julio. Si Unión vence o iguala, me tiene que dar el empate porque estamos de visitante, la paga él. Que vaya preparando los rosarios que tiene que hacer porque también le voy a apostar unos 100 rosarios'.
























