Más de veiente países, entre los que se encuentra Chile, Colombia, España y México, anunciaron este viernes un compromiso político para abandonar los combustibles fósiles, en el marco de la trigésima cumbre climática de Naciones Unidas (COP30).
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En la ‘Declaración de Belém’, una iniciativa impulsada por el Gobierno colombiano, los firmantes se comprometen a “trabajar colectivamente hacia una transición justa, ordenada y equitativa para abandonar los combustibles fósiles, alineada con los caminos consistentes con limitar el aumento global de la temperatura a 1,5 grados centígrados".
La iniciativa fue presentada este viernes a sala llena y era una de las respuestas más esperadas a la propuesta final de la presidencia de la cumbre climática, divulgada durante la madrugada de hoy y que excluye la propuesta de una hoja de ruta para el fin de los combustibles fósiles.
“El mensaje es inequívoco: debemos irnos de esta COP con una hoja de ruta global que nos guíe, no de manera simbólica, sino concreta, en nuestro esfuerzo colectivo por eliminar gradualmente los combustibles fósiles”, expresó durante el lanzamiento de la ‘Declaración de Belém’ la ministra de Medio Ambiente y Desarrollo Sostenible de Colombia, Irene Vélez Torres.
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“Es tiempo de implementación”, sentenció.
La vicepresidenta tercera y ministra de Transición Ecológica de España, Sara Aagesen, afirmó que el texto de la presidencia “no es suficiente”, pero que aún hay “tiempo para mejorarlo”.
El enviado climático de Panamá, Juan Carlos Monterrey, dijo que la situación actual “le falla a la Amazonia, le falla a la ciencia, le falla a la justicia y le falla a la gente”.
Para dar seguimiento a la alianza, el comunicado resalta la necesidad de instaurar nuevas instancias complementarias a la COP y, en este espíritu, convoca una nueva conferencia internacional, que se desarrollará en la ciudad colombiana de Santa Marta, el 28 y 29 de abril de 2026.
Según el documento, esta será una plataforma clave para dar continuidad a los diálogos de Belém y acelerar la implementación de la transición hacia un futuro energético sostenible.
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El documento “reconoce” también que la transición “puede considerar”, entre otros factores, “las circunstancias nacionales diversas” de cada país, así como la “necesidad de apoyar” a los trabajadores del sector de los combustibles y a las comunidades que dependen de esta industria y que se vean afectados en la transición.
Así mismo, la declaración destaca la importancia de “reforzar” la cooperación internacional, lo que incluye “esfuerzos” para que el sistema financiero internacional sea más “inclusivo, receptivo y propicio”, y provea recursos que no aumenten la deuda de los países en desarrollo.
La declaración, de carácter no vinculante, era debatida por varias delegaciones desde los inicios de la COP30, en un intento de que la hoja de ruta para abandonar los hidrocarburos se sume al canal oficial de las negociaciones.
Hace dos años, en la COP28 de Dubái, los países se comprometieron por primera vez a “dejar atrás” de forma gradual los combustibles fósiles, pero no se establecieron plazos para lograrlo.




















