En el corazón de Camilo Calderón Rivera ya no hay rencor, ni odio. La rabia e impotencia sanaron hace un buen tiempo. Se tragó el dolor, masticó la frustración y cicatrizó aquella herida. Pero una cosa no quita la otra. 40 años después de la toma del Palacio de Justicia por la guerrilla del M-19, que dejó un saldo de 101 muertos, entre ellos 11 magistrados y varios desaparecidos, aún no hay olvido. El recuerdo no se va.
Calderon Rivera, hijo de Fabio Calderón Botero, magistrado de la Corte Suprema que falleció en la incursión guerrillera, recuerda a su padre como un hombre que aglutinaba masas, que era soporte de quienes lo requerían y que –ante todo- velaba por una Colombia más justa.
El abogado manizalita, que durante su infancia se enamoró de la calidez de Barranquilla, de donde se graduó en primaria del colegio Biffi La Salle, falleció a los 56 años de edad. Su muerte ya se la había profetizado a su familia cuando vio por televisión una serie de acuerdos a los que llegó el Gobierno con el M-19 en 1985. A pesar de su sexto sentido para vaticinar las cosas nadie dio por sentado que la sangre correría. Luego llegó la matanza.
“Él fue para todos nosotros fuente de admiración, de inspiración. Él en ninguno de los ámbitos pasaba desapercibido. Una persona que aglutinaba, que atraía, que debía ser oído. Entonces, imagínese usted en el campo familiar cómo era. Todos acudíamos a él. Él rechazaba el autoritarismo, rechazaba de manera total cualquier cosa que no fuera democrática, libre, también participativa, social”, manifestó Camilo Calderón.
“No puedo decir que olvido, no, no se olvida, pero no hay retaliación, venganza, odio”, agregó.
La labor de Rivera, junto a la de Alfonso Reyes Echandía, Carlos Medellín Forero, Manuel Gaona Cruz, Dario Velázquez Gaviria, José Eduardo Gnecco Correa, Emiro Sandoval Huertas y Ricardo Medina Moyano, será exaltado este 4 de noviembre por la universidad Externado, la alma mater de los togados en mención.
El acto de instalación contará con la presencia de destacadas autoridades del ámbito judicial y académico, entre ellas: el rector Hernando Parra Nieto; el presidente de la Corte Suprema de Justicia, Octavio Augusto Tejeiro; el presidente de la Corte Constitucional, Jorge Enrique Ibáñez Najar; el vicepresidente del Consejo de Estado, Alberto Montaña Plata; el presidente del Consejo Superior de la Judicatura, Jorge Enrique Vallejo Jaramillo; y el presidente de la Comisión Nacional de Disciplina Judicial, Mauricio Fernando Rodríguez.
Recuerdos
Yesid Reyes, hijo de Alfonso Reyes, quien ese momento era el presidente de la Corte Suprema, no deja de lamentarse y cuestionarse por la muerte de su padre.
Reyes Echandía, según su familia y el informe de la Comisión de la Verdad, no iba a la Corte los miércoles porque trabajaba desde su residencia; sin embargo, el 6 de noviembre asistió para coordinar con su magistrado auxiliar, Emiro Sandoval, lo que éste debía hacer en su ausencia.
“Problamemente el único o uno de los pocos días que papá fue un miércoles a la Corte lo mataron”, lamentó Yesid.
Por su parte, Ricardo Barrera Medina, nieto del magistrado Ricardo Medina, asegura que la ausencia de su abuelo ha “sido un silencio y un dolor que no se ha curado”.
“Me hubiera encantado compartir con él conversaciones y preguntarle en mis momentos de duda para que su visión retroalimentara la mía”, añadió.
Por su parte, el presidente Gustavo Petro, exintegrante del M-19, no ha sido invitado a los homenajes.
“Esa verdad (la del Palacio de Justicia) no puede ser romantizada ni puede estar contaminada de eufemismos y falacias que se derivan de los pretextos para acomodar una realidad que aunque desgarradora, debe ser contada con plena fidelidad. No puede haber reconciliación si hay ocultamiento. No se trata de que escuchemos las versiones que nos agraden o sencillamente que no nos incomoden, se trata de escuchar la verdad”, dijo en su momento el magistrado Gerson Chaverra, expresidente de la Corte Suprema, una declaración que -según fuentes del alto tribunal- fue dirigida al mandatario nacional.
Rifirrafe
El homenaje a las víctimas de la toma al Palacio de Justicia ha estado marcado por los pronunciamientos del presidente Gustavo Petro, quien aseguró que, contrario a versiones de los magistrados, el Ejército Nacional fue quien asesinó al magistrado Mauricio Gaona Cruz, el padre del abogado Manuel Gaona, quien este año fue uno de los principales opositores de las políticas de Eduardo Montealegre, exministro de Justicia.
De acuerdo con la familia de la víctima, el M-19, en alianza con Pablo Escobar, tomó “a sangre y fuego” el Palacio de Justicia en el momento en que el magistrado Manuel Gaona Cruz presentaba su ponencia ante la Sala Constitucional de la Corte Suprema de Justicia declarando, una vez más, la constitucionalidad de la Ley Aprobatoria del Tratado de Extradición entre Colombia y los Estados Unidos (Ley 27 de 1980).
De acuerdo con Carlos Castaño, reconocido líder paramilitar, en mayo de 1985 Carlos Pizarro y el Cartel de Medellín concordaron la toma del Palacio de Justicia, en dicho suceso Pizarro le cobró un millón de dólares por eliminar al presidente de la Corte Suprema, Alfonso Reyes y otro millón más por la destrucción de documentos.
“Ningún magistrado de acuerdo al exámen forense que hizo la justicia tiene disparos provenientes de las armas, que eran del M19 que tenían marcas diferentes a las de la fuerza pública, en sus cuerpos”, aseguró Petro.
Lo anterior generó una polvareda de indiganción.
“Petro, ni usted ni ningún nostálgico del terrorismo podrá reescribir la historia. En la toma del Palacio de Justicia, los únicos asesinos fueron los del M19, grupo criminal que pretendía dar un golpe de Estado a sangre y fuego.
Nuestro Ejército no fue el enemigo, fue el héroe de esa jornada trágica, enfrentando una masacre sin precedentes orquestada por terroristas armados, que secuestraron, asesinaron y destruyeron la institucionalidad. La historia no la narran los victimarios. La cuentan las víctimas y los valientes que las defendieron”, criticó la senadora María Fernanda Cabal.
Censura
El presidente Gustavo Petro calificó este viernes de censura la orden de un juez de eliminar una escena de la película ‘Noviembre’, inspirada en la toma del Palacio de Justicia de 1985 y en la que aparece el magistrado Manuel Gaona, asesinado durante esos hechos.
“Esto se llama censura. Muy lamentable que el arte y la libertad de expresión entre a censura. No he observado la película, a lo mejor tendré reparos, pero jamás censuraría ni, y lo digo porque escuché sus clases, lo haría el magistrado Gaona”, aseguró Petro en X.
La productora de Noviembre informó la semana pasada sobre la decisión de un juez de Bogotá de ordenar eliminar un diálogo de la película e incluir en todas las copias del film y sus piezas publicitarias una nota aclaratoria que indique que se trata de “una ficción basada en hechos reales” y que “cualquier semejanza no implica afirmación histórica”.
El juez Danilo Valero Huertas consideró que una escena del largometraje, en la que un personaje se refería al magistrado Gaona como “uña y mugre con estos terroristas”, vulnera los derechos de sus familiares, quienes alegaron que esa representación lo mostraba como cómplice de los guerrilleros del grupo armado M-19 que protagonizaron la toma del Palacio de Justicia hace casi cuarenta años.
Por su parte, la hija del magistrado Gaona, Juliana Gaona Bejarano, aseguró este viernes en un video publicado en X por su hermano Mauricio que, con esta decisión judicial, “se protegió el derecho al buen nombre y la honra” de su padre, “asesinado por el M-19”.


















