Compartir:

La investigación por el crimen de los artistas Bayron Sánchez, conocido como B-King, y Jorge Luis Herrera, llamado en el medio artístico Regio Clown, sumó un nuevo elemento. Según revelaciones recientes en medios mexicanos, los dos habrían tenido una discusión en el hotel donde se hospedaban en Ciudad de México, horas antes de su desaparición.

Ambos fueron reportados como desaparecidos el 16 de septiembre, un día después de presentarse en un show en la capital mexicana. Sus cuerpos fueron encontrados el 17 en una carretera de Cocotitlán, Estado de México, pero solo fueron identificados oficialmente el lunes 22.

Lo que se sabe de sus últimos movimientos

De acuerdo con versiones recogidas por la prensa, los dos artistas asistieron juntos a un gimnasio en Polanco el día de su desaparición. Tras salir del lugar, perdieron comunicación con familiares y allegados.

Conversaciones de WhatsApp entre Regio Clown y su pareja revelan que planeaban reunirse con un hombre conocido como El Comandante. Esa habría sido la última pista antes de que se perdiera todo rastro de ellos.

El periodista mexicano Carlos Jiménez aseguró que, antes de la reunión, B-King y Regio Clown tuvieron una “bronca” en el hotel donde se hospedaban. Según relató, habrían estado consumiendo sustancias y ocasionando disturbios, situación que llevó a que los administradores del lugar les pidieran calmarse.

Traslado en un vehículo de lujo

Luego del altercado, ambos solicitaron un servicio de Uber hasta la zona de Miguel Hidalgo. Allí, según registros de cámaras de seguridad, abordaron un Mercedes Benz que se dirigió hacia Iztapalapa.

El vehículo fue posteriormente localizado en un predio en Texcoco, donde también se encontraron una camioneta y una motocicleta abandonadas. Las autoridades mexicanas analizan los videos que confirmarían que los colombianos abordaron ese automóvil enviado presuntamente por El Comandante.

Hallazgo y señalamientos de un grupo criminal

Los cuerpos de los dos artistas fueron encontrados a unos 30 minutos de Polanco, al costado de una carretera en Cocotitlán. Junto a ellos había un cartel firmado por la organización La Familia Michoacana, que los acusaba de traición y de trabajar con otro grupo delictivo, tildándolos de “chapulines”.

La hipótesis de un ajuste de cuentas cobra fuerza en la investigación, aunque todavía no se han esclarecido las motivaciones ni los responsables directos del doble homicidio.

Las autoridades mexicanas mantienen abiertas varias líneas de investigación, entre ellas posibles vínculos de los artistas con estructuras criminales en ese país. Hasta ahora, no se ha revelado la identidad de los presuntos implicados en la reunión que habrían tenido antes de su asesinato.