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La estela de sangre por violencia política sigue corriendo por las calles del país tras la muerte del senador Miguel Uribe Turbay, que se convirtió en el quinto precandidato asesinado en Colombia en las últimas tres décadas.

El primer caso se remonta al año 1987, cuando fue asesinado Jaime Pardo Leal, de la Unión Patriótica, en la localidad de La Mesa, cercana a Bogotá, como parte del genocidio que costó la vida a más de 4.000 integrantes de ese partido nacido de un intento de acuerdo de paz del Gobierno de la época con la guerrilla de las FARC.

Posteriormente, fue acribillado el liberal Luis Carlos Galán Sarmiento, asesinado la noche del 18 de agosto de 1989 durante un mitin en la plaza principal de Soacha, un municipio aledaño a Bogotá.

Siete meses después, el 22 de marzo de 1990, Bernardo Jaramillo Ossa, candidato presidencial del partido de izquierdas Unión Patriótica (UP), murió tras un ataque en el aeropuerto de Bogotá.

La orgía de sangre se cobró también la vida de Carlos Pizarro Leongómez, quien fue comandante de la guerrilla Movimiento 19 de Abril (M-19) y firmó la paz en marzo de 1990 con el entonces presidente Virgilio Barco.

Sin embargo, menos de un mes después, el 26 de abril de 1990, cuando era candidato presidencial, fue tiroteado por un sicario que le disparó en un avión en pleno vuelo en el que viajaba a Barranquilla para un mitin electoral.

Además, cabe recordar, que la periodista Diana Turbay, madre de Miguel Uribe, fue secuestrada y asesinada en 1991 por órdenes de Pablo Escobar.