Una misión humanitaria del Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) recibió en zona rural de la región del Catatumbo, fronteriza con Venezuela, a una persona que estaba secuestrada por las disidencias de las Farc, informó este viernes el organismo.
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El CICR precisó, en un comunicado, que el secuestrado se encontraba en poder del Frente 33 de las antiguas Farc, que no se acogieron al acuerdo de paz firmado entre el gobierno y esa guerrilla en 2016.
“Nuestro papel como intermediario neutral nos permite facilitar este tipo de liberaciones por razones exclusivamente humanitarias”, señaló Thais Rana, jefa de la oficina del CICR en Cúcuta, quien agregó que su trabajo busca “aliviar el sufrimiento y proteger la vida y la dignidad de quienes se ven afectados por los conflictos armados y la violencia”.
Tras la liberación, el equipo del CICR verificó que la persona se encontrara en condiciones de salud adecuadas y la trasladó a una zona segura donde pudo reencontrarse con sus seres queridos.
“Facilitar el regreso de una persona con su familia es un acto profundamente humanitario. Cada liberación representa una oportunidad para reestablecer el contacto familiar y contribuir a que las consecuencias de los conflictos armados sean menos dolorosas”, sostuvo Rana.
El año pasado, el CICR participó en la liberación de al menos 28 personas que se encontraban secuestradas por grupos armados en el país.
En el comunicado, el organismo recordó que mantiene un diálogo confidencial con las partes de los conflictos armados, con el fin de promover el respeto del derecho internacional humanitario (DIH), que establece las reglas mínimas que deben cumplir los actores armados para respetar la vida humana en medio de la barbarie de la guerra.
“El CICR hace un llamado a todas las partes en conflicto a proteger, en todo momento y lugar, a las personas que no participan o han dejado de participar en hostilidades”, concluyó la información.
En la región del Catatumbo, en el departamento de Norte de Santander, el Ejército de Liberación Nacional (ELN), el mayor grupo guerrillero de izquierda activo en el país, lanzó en enero pasado una ofensiva contra el Frente 33 que dejó inicialmente más de 80 personas muertas y obligó a 70.000 habitantes a desplazarse para buscar refugio en ciudades como Cúcuta, Ocaña y Tibú.
Estos enfrentamientos entre guerrillas buscan el control del territorio y de las economías ilícitas, entre ellas el narcotráfico.