El uniformado, de 28 años e identificado como Andrés David Padilla Mejía, fue atacado por hombres armados en moto mientras prestaba servicio de vigilancia en un acto litúrgico. Las autoridades no descartan la participación del ELN.
La Fiscalía añadió que Solano fue “asesinado por el rol social que ejercía y por las denuncias de irregularidades de contratación que hacía en el municipio”.
El general del Ejército Luis Emilio Cardozo explicó que el guerrillero murió en operativos realizados en Tibú, Norte de Santander.
El exvolante estaba radicado en la capital de Norte de Santander, donde vivía con su segunda esposa.
El homicida logró burlar la seguridad del establecimiento logrando pasar desapercibido con el arma de fuego.