Compartir:

Diez años han pasados desde aquel brutal ataque con ácido contra Natalia Ponce de León, un hecho que marcó su vida pero también el abordaje de las violencias basadas en género en el país.

Lea también: El mensaje de Javier Acosta horas antes de la eutanasia: “Disfruten”

Tal vez por lo mediático de su caso, por allá en 2014, el caso en los estrados judiciales se movió de manera acelerada y Jonathan Vega, su agresor, no se salió con la suya y fue capturado y condenado a 21 años y 10 meses.

Para Natalia, Vega no era ningún extraño, antes ya se habían visto y compartido incluso en fiestas, en la época “rumbera” de la bogotana. Así lo confesó en una entrevista en el podcast ‘Los hombres sí lloran’ conducido por el actor Juan Pablo Raba.

Lea también: Así actúa la candida auris, bacteria que adquirió Javier Acosta en la piscina

“Cuando Jonathan se cruzó en mi vida, yo tenía 18 o 17 años, en una época en la que estaba en la fase más rumbera de mi vida. Ya sabía que él era un tipo problemático, pasado; mi novio de ese momento me había dicho que era un pasado con drogas, mujeres y todo lo oscuro”, comenzó diciendo.

Policía Nacional

Además, aseguró que la primera vez que vio a quien sería su agresor más tarde fue en una fiesta cuando apenas tenía 18 años. “Fue la primera vez que lo vi; me pidió marihuana y yo le respondí, ‘¿Qué va, pirobo? Yo no fumo marihuana’. Ahí fue cuando mi novio me advirtió que no me metiera con ese tipo, que era oscuro y pesado”.

Lea también: Supersalud encontró inconsistencias en Audifarma durante visita sorpresa

Durante la entrevista dio detalles de Jonathan que no se conocían como que su mamá lo abandonó acompañado de una “infancia muy dura”. Todo esto desembocó en una serie de problemas mentales que “no se trataron”.

“Conocí más sobre Jonathan a través del libro que escribió Martha Soto. Le pedí a Martha que incluyera un capítulo sobre Jonathan: ‘¿Quién es Jonathan Vega? ¿Por qué se obsesionó tanto conmigo?’. Fue entonces cuando comencé a entender un poco más sobre él”, le dijo a Raba.

Lea también: “Se agotan las posibilidades de paz con el ELN”: Otty Patiño

Finalmente, aseveró que “hay una gran diferencia entre estar loco y ser una persona malintencionada. Jonathan tiene su propia historia de locura”.

El condenado cumple hoy una condena de más de 21 años en la cárcel La Picota donde ha recibido reducciones de su sentencia por demostrar una “conducta ejemplar” pese a no haber acudido a las citas sicológicas ni tampoco participado en las clases de formación académica, según reveló La FM.