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El pasado sábado 19 de agosto se conoció un caso de bullying en el colegio Helvetia de Bogotá, en el que está involucrada la hija de Juliette de Rivero, representante en Colombia del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos.

En diálogo con El Espectador, la funcionaria de la ONU denunció que su hija no solo fue víctima de matoneo, sino también de racismo, por lo que decidió sacarla del colegio y llevarla a Suiza con su padre, debido a la afectación de la salud mental de la menor.

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Este martes 22 de agosto, la institución emitió un comunicado en el que se pronunció sobre esta denuncia de acoso escolar y sobre el fallo que emitió la Corte Constitucional en julio de este año, pues este no es el primer caso de bullying que se conoce en el colegio Helvetia.

'Reiteramos que el Helvetia tiene tolerancia cero frente a cualquier acto de este tipo. Por esta razón, estuvimos acompañando a la familia de manera permanente y ofrecimos la posibilidad de realizar actos específicos de reparación', señaló la institución en un comunicado.

De acuerdo con el colegio, se implementaron 37 acciones 'que incluyeron: consulta con psicología; reuniones internas con el rector, con la directora de convivencia y la directora del curso; medidas de atención establecidas en la ruta de atención integral; así como procesos disciplinarios y sanciones a los estudiantes implicados'.

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Frente a la sentencia de la Corte, la institución señaló que en un comunicado emitido el 24 de julio pasado reiteró que acata la decisión judicial y se inició un plan de prevención con siete acciones. Entre esas, la creación de la Dirección de Convivencia; jornadas de formación con la fundación Aulas en Paz; actualización del Manual de Convivencia con respecto a los protocolos, prácticas restaurativas y enfoque de género, entre otras.

Los hechos

La representante para los Derechos Humanos contó que su hija de 11 años fue víctima de este episodio, el cual le afectó a su hija la seguridad y confianza: 'Ella era una persona muy segura, sociable, amiguera y de repente era temerosa. Era feliz mientras estaba en la casa, pero si tenía que ir al colegio entraba en pánico y decía que ya no tenía confianza en ella, que no sabía cómo era vista por los demás', afirmó en diálogo con ese medio.

Así mismo explicó que la menor sentía que ella era 'diferente' por su color de piel. 'Dijo que no se sentía en su lugar y hablaba de que en el colegio no había diversidad, lo contrastaba en su colegio en Suiza, donde hay diversidad de colores, orígenes, personas, y acá ella era la única ‘diferente’. Desde el 12 de septiembre, le dije al colegio que algo estaba pasando y que ella no iba a poder asistir así no más', afirmó.

Así mismo, De Rivero sostuvo que una vez se reunió con la psicóloga del colego, pidió aclarar cuáles habían sido las medidas a tomar para prevenir estos casos y pidió que su hija pudiera recibir clases virtuales y tareas en casa, pero no obtuvo respuesta. Por esta razón radicó un derecho de petición rechanzado la falta de apoyo escolar.

En respuesta a su derecho de petición, el colegio Helvetia señaló que se citaron a los estudiantes responsables del caso de bullying, pero para la funcionaria de la ONU esto no era suficiente para garantizar un espacio seguro para su hija, por lo que decidió regresarla a Suiza.