Día de la Igualdad Salarial: la lucha que afrontan las mujeres con la brecha actual

A lo largo de la historia, las mujeres han tenido que afrontar diversos momentos que han acabado por sentar un precedente en el espiral de la humanidad. Lo anterior va direccionado desde el ámbito cultural hasta el ámbito económico.

La Edad Media y la Primera Guerra Mundial marcaron una época crucial para el papel de la mujer en la sociedad, ya que, para entonces, el mundo había consolidado a los hombres como el centro y los únicos con la capacidad de entender y conocer la verdad 'revelada por Dios'.

En ese momento, la constante prohibición propia del machismo predominante de la época empujó a la mujer en un abismo donde lo único permitido era ser madre y esposa; sin embargo, tras varios acontecimientos ocurridos en los años 1900, surgió un panorama distinto en la fuerza de trabajo y su capacidad para desarrollarse en la sociedad.

Vale mencionar que la opresión y hostigamiento social evidenciado a lo largo de los años, han permitido unificar a las mujeres en pro de sus derechos e igualdades.

Aunque el reto cultural no ha sido sencillo en materia de igualdad de condiciones de trabajo y salario, cada día la mujer trata ganar terreno en el mundo laboral y defender la brecha salarial que existe actualmente.

Según ONU Mujeres, entidad destinada a fomentar el empoderamiento de la mujer e igualdad de género, la brecha salarial corresponde al porcentaje resultante de dividir dos cantidades: la diferencia entre el salario de los hombres y las mujeres, dividida entre el salario de los hombres, es decir, busca evidenciar la diferencia entre la remuneración laboral recibida por los hombres y mujeres ocupadas.

Con base a esto cabe mencionar que, de acuerdo a la Federación Colombiana de Gestión Humana- ACRIP, luego de algunos hallazgos en la Investigación Nacional de Salarios y Beneficios realizados cada año, se evidenció que, de más de 1.200 empresas en 32 departamentos del país, un hombre en un cargo de alta gerencia gana un 36% más de salario que una mujer.

Asimismo, el informe señaló que lo mismo ocurre en todos los niveles organizacionales: un hombre en gerencia media recibe un 13% más que una mujer; a un hombre como profesional senior le pagan un 8% más que una mujer; a un profesional junior un 4% más, a un técnico un 6% más, y al personal base masculino hasta un 24% más.

'Es una lástima que en el país continúen existiendo brechas profesionales y salariales entre hombres y mujeres, aun cuando las responsabilidades son las mismas, y las condiciones de trabajo a veces son, incluso, más difíciles para las mujeres', afirmó Mónica García Espinel, directora ejecutiva de la ACRIP.

Frente a esto, cabe decir que en pleno 2022 sigue existiendo una brecha salarial muy notoria, y que sigue afectando a todas las mujeres trabajadoras.

De acuerdo con Dewin Pérez Fuentes, doctor en ciencias económicas y docente de la Universidad de Cartagena, en diálogo con EL HERALDO, el tema de la discriminación salarial no es algo que se deba mirar aparte de las grandes brechas estructurales e históricas en cuanto a participación laboral, ocupación y desempleo entre hombres y mujeres, en las cuales ellas 'siempre pierden'.

'En general, la brecha entre hombres y mujeres se ha ido acortando con el tiempo, y aunque muy lentamente, esto es reflejo de los mayores avances y logros educativos de las mujeres que muestran superioridad ante los hombres en cuanto a cobertura universitaria y años promedio de escolaridad. Considero que también ha ayudado mucho la lucha de las organizaciones de mujeres en la búsqueda de la equidad en todas las esferas de la sociedad', expuso.

Sin embargo, Pérez señaló que a cifras del 2019 todavía existe una brecha entre los ingresos laborales de hombres con escasas oportunidades de estudio y mujeres en la misma condición. Esta correspondería a un 39%, lo que indica que de cada 100 pesos de ingreso laboral que recibía un hombre, las mujeres solo recibían 61 pesos.

'A nivel de primaria y secundaria esta brecha era del 34%. Hombres y mujeres con formación tecnológica tenían remuneración que, para el caso de las mujeres era de un 26%, siendo inferior a los hombres. A nivel de estudios universitarios la brecha era del 24%, y mientras el ingreso laboral promedio de un hombre estos estudios en el año 2019 era dos millones ochocientos seis mil pesos, una mujer con el mismo nivel tenía un ingreso promedio de dos millones ciento treinta y cinco mil pesos', sostuvo.

Asimismo, el experto considera que, aunque la educación es importante para ir cerrando las brechas de la inequidad, quedan faltando otros aspectos a nivel educativo.

Ante esto, señaló que 'las mujeres tienen que incluso sobre educarse para poder aspirar a una mayor equidad en el mercado laboral, y, sin embargo, no alcanza a cerrar las brechas. Habría que abordar medidas que vayan enfocadas al desmonte de estereotipos, y otras barreras que excluyen a las mujeres de tener un trato equitativo en el mundo laboral'.

Un aspecto que podría estar relacionado con la lucha de las mujeres frente a la igualdad salarial, es lo que se conoce como 'la economía del cuidado'.

Con relación a este tema, Pérez indicó que este está relacionado con todas las labores no remuneradas que se realizan en el interior del hogar.

'Personalmente me gusta mucho esta definición, porque de ella se puede interpretar que no es solo una decisión que se da al interior de los hogares y se define entre hombres y mujeres, muchas veces entendida bajo las contradicciones que se dan al interior del hogar sobre quien aporta un mayor compromiso en términos de los roles y responsabilidades allá adentro, sino que está condicionada por múltiples factores y que trascienden las decisiones individuales de hombres y/o mujeres', indicó.

Del mismo modo precisó que, aunque parte de este trabajo se da en los hogares, no es un deber exclusivo de las familias, en cambio, considera que debería repartirse entre el Estado, mercado, voluntariado y las familias entre hombres y mujeres.

Pérez argumenta que la región Caribe colombiana, es la segunda región que más aporte hace al Producto Interno Bruto (PIB) del país en cuanto valor no contabilizado del trabajo no remunerado, llegando a un 21,6% del valor estimado nacionalmente.

Lo importante aquí es que ese valor, si se separa por género, lo aporta más mujeres que hombres: 'Respondiendo ellas por el 79,1% del aporte regional que se estima en $ 52.549 miles de millones de pesos, lo que indica que las mujeres costeñas, durante el año 2021 trabajaron al interior de los hogares sin remuneración lo equivalente a $ 41.566,3 miles de millones de pesos valorados a pesos de este año 2022'.

'Si se valorara y contabilizara el trabajo doméstico y de cuidado no remunerado al interior de los hogares costeños, este alcanzaría una cifra que representa el 27,7% del PIB regional, de ese porcentaje, el aporte femenino corresponde a 21,9 puntos porcentuales, mientras que el aporte femenino es de 5,8 puntos porcentuales', precisó el doctor a partir de las investigaciones realizadas.