Compartir:

Te escribo estas líneas desde el amor que siento por ti. Vives en mí. Caminas conmigo. Te siento. Te respiro. Hoy, soy la mujer que tiene la responsabilidad de seguir escuchándote y cuidarte.

Sigues siendo una soñadora inmensa. Tu dulzura permanece, aunque ahora también eres más fuerte y valiente. Sigues siendo tierna, pero ya más directa. Cada día te gusta más escribir. Tu capacidad de oralidad ha aumentado. Vas a muchos conciertos y en ellos bailas y cantas sin temerle al qué dirán. Te fascina viajar. La lealtad y la confianza son fundamentales para tí en toda relación interpersonal. Tu corazón sigue siendo noble, pero ahora eres más selectiva y tienes más discernimiento. Te esfuerzas por ver la realidad del mundo tal cual es. Ríes fuerte. Amas a tus verdaderos amigos. Te atreves a defender lo que eres y piensas. Y conoces el proceso de darte valor.

Estudiar y leer no dejan de ser tus grandes pasiones y podemos decir que tienes grandes logros personales y profesionales.

Eres Abogada. Especialista en Derecho Público. Magister en Derecho Público de la Universidad del Norte de Barranquilla – Colombia y Especialista en Comunicación Pública de la Universidad de Chile y Heidelberg para América Latina – Universidad de Heidelberg – Alemania. Terminaste un Diplomado en Docencia Universitaria y hablas dos idiomas.

Lograste ganar varios concursos de escritura y escribes de manera ad honorem en el diario EL HERALDO. Sin duda, seguirás escribiendo siempre porque amas y disfrutas hacerlo.

Fue en terapia precisamente donde tú mi querida niña tomaste vida de nuevo. Estabas dormida y yo lo había permitido. Pero tú no te rendiste y saliste desde mi corazón con una fuerza tan grande que nadie podría haberte detenido. Me volviste a hablar. Me susurraste al oído y al alma lo que soñábamos desde siempre y me recordaste que confiabas en mí y que como la mujer en la que habitas, debía cumplirte.

Te vi de nuevo y te pedí perdón por haberte dejado tanto tiempo sin atenderte y a la vez te agradecí por mostrarme que estás más viva que nunca. Nicolás, Jorge y Roberto son nuestros ángeles y también los que más nos apoyan, los que nos dijeron “Aquí estamos y sabemos que sí vas a poder”. Hoy, son también nuestros confidentes y consejeros.

No vas a dejar de ser la consentida de tus papás y aunque ellos lo hubieran dado todo por evitarte sufrir, ahora entienden que todo debía ser así y además de tus padres, son tus amigos.

La Virgencita de Guadalupe continúa a tu lado, pero ahora le hablas mucho más y la conexión que tienen es más intensa. Y lo más importante, Dios es tu faro y el capitán de tu barco.

El pasado 30 de abril fue el día del niño en Colombia y mi forma de honrarte y celebrarte fue escribirte esta carta y decirte que te falta mucho por vivir. Muchos anhelos y deseos por ver realizados. Eres enorme. Tienes un potencial maravilloso. Dios te dio dones, talentos y carismas y yo no descansaré hasta que llegues tan lejos y tan alto como lo mereces. Te lo juro.

Feliz día de la niña, mi pequeña inocente y sonriente.

¡Te amo con todo lo que somos!

María Leonor Sierra Almanza

Especialista en Derecho Público.

Especialista en Comunicación Pública.

Magister en Derecho Público.