
La Serrezuela, otro patrimonio de Cartagena en el centro de la polémica
En un 75% avanzan las obras del centro comercial en la zona donde esté el circo-teatro. Las voces de rechazo al proyecto no cesan.
Cada rincón de Cartagena evoca un recuerdo o tiene tinte de historia. El espectáculo y gran parte de la vida cultural de La Heroica durante varias décadas tuvieron para sí un escenario netamente de madera que se llamó La Serrezuela y donde había espacio únicamente para 3.500 personas.
Por esta razón es que hoy los cartageneros levantan sus voces de protesta y rechazo en torno a un centro comercial que se construye en este mismo lugar , el cual, según señalan los responsables de la obra, mantendrá las características de aquella emblemática construcción que fue inaugurada el 18 de junio de 1930 y, que con el pasar de los años, se fue desplomando para quedar convertida en una grata reminiscencia que se niegan a olvidar los cartageneros.
Para un periodista taurino como Edgardo Payares Bosa, conocido como el ‘Pollo’, esta es la mejor manera para atentar contra la memoria de un pueblo y todo su quehacer cultural y patrimonial. Fue Fernando Vélez Daníes, recuerda el ‘Pollo’ Payares, quien encomendó la tarea a un ebanista del momento, de nombre Marcial Calvo, para que viajara a Venezuela y observara allí la plaza de toros de la Real Maestranza de Maracay (estado Aragua) con el fin de hacer algo parecido.
“El nombre de Serrezuela se desprende de la loma que allí estaba ubicada. Era uno de los grandes montículos en el centro histórico. El día de su apertura el cartel taurino puso los tendidos a reventar. Esa tarde torearon dos españoles como fue el Carnicerito de Málaga y Gaonita”, precisa el periodista cartagenero como si estuviera entregando una lección de historia que no se olvida y que se repite una y mil veces con una gran pasión. La trayectoria de la plaza de La Serrezuela se desprende de ese memorable 18 de junio.
Los principales soportes o columnas de este coso taurino fueron traídos de Canadá. Se trata de un roble canadiense que con el envejecimiento se torna más duro. “A estas alturas me pregunto dónde estará esa madera y qué hicieron con esas columnas que eran muy firmes”, dice.
Payares señala que La Serrezuela fue prácticamente la primera plaza de toros en Colombia. Uno de los grandes inconvenientes de la misma era que no contaba con un callejón; problema que fue superado recortando el redondel. Año tras año esta plaza vio hacer el paseíllo a figuras del toreo como Joaquín Rodríguez ‘Cagancho’; Bienvenida; Los Dominguín; Domingo Ortega. El ‘Pollo’ Payares evoca que un torero como Ángel Teruel decía que los oles que se gritaban en La Serrezuela se sentían más que en el propio Madrid.

Otros toreros
Posteriormente vinieron toreros como el Viti, Sebastián Palomo Linares o Paco Camino. “Todos los años se daban festejos taurinos y se hacían novilladas cada 15 días y la plaza se llenaba con la gente del barrio San Diego”, asegura Payares quien señala que el recinto recibía a todos los estratos sociales teniendo la plaza precios muy cómodos y asequibles para la gente.
En 1972 se celebró la última corrida de toros en este emblemático coso taurino del barrio San Diego. Luego de esto nació en Cartagena el llamado circo teatro y de ser una importante plaza de toros serviría entonces para ser el escenario perfecto, por ejemplo, para las presentaciones de artistas de la talla de Daniel Santos, Orlando Contreras, entre otros. Y de espectáculos boxísticos principalmente que era lo que movía al pueblo cartagenero.
Incluso, fue en La Serrezuela donde nació el Festival de Música del Caribe con las presentaciones de aquellos grupos de Soukus que muchos cartageneros escuchaban en los interminables acetatos en las casetas o verbenas que se extendían por cerca de 20 a 25 minutos. Bailarlos era todo un reto.
Solía entonces acompañarse la rumba de la respectiva fría y el algareteo era total al ritmo de los africanos que fueron en gran parte las raíces y el origen de lo que hoy se conoce como champeta criolla. Era otra Cartagena, era una ciudad unida por la música y los aires del caribe donde poco importaban los abolengos y los estratos sociales.
El crecimiento de la ciudad obligó a que naciera otro coso taurino en la avenida Pedro de Heredia. Dos años después de la última corrida de toros que se celebró en La Serrezuela se inauguró entonces la Plaza de Toros Cartagena de Indias.
A juicio de los entendidos sería esto lo que marcaría el camino a la postración, al olvido y el entierro de uno de los más grandes recuerdos que los cartageneros vivieron en la emblemática plaza de madera del barrio San Diego.
Hoy la historia de la ciudad y el respeto por lo que significa el Centro Histórico han quedado atrás. Payares Bosa dice que todas las semanas suele ir a visitar a Myriam Vélez de Lemaitre, viuda de Eduardo Lemaitre y hermana de Jaime Vélez, el último dueño de la plaza de La Serrezuela.
El nombre de Serrezuela se desprende de la loma que allí estaba ubicada. Era uno de los grandes montículos en el centro
Un dolor
A sus 95 años, la mujer asegura sentirse dolida por lo que está pasando con la plaza pues lo que se está construyendo no era lo que ellos esperaban pues los constructores tenían claro que aquel monumento de madera había sido declarado al igual que la ciudad de Cartagena un Patrimonio invaluable.
“Para la construcción de este centro comercial me consultaron e igualmente a Yolanda Pupo de Mogollón, José Vicente Mogollón y Jorge Fernández del Festival de Música del Caribe. Luego el documental lo subieron un video a Yotube. Ellos tienen claro que la plaza era patrimonio y hoy están incumpliendo”, finaliza el Pollo Payares quien ha sido enfático en señalar que la medida del Ministerio de Cultura de suspender la obra responde a un insulto que está recibiendo la memoria de los cartageneros y que no se pueden seguir cometiendo esta tipo de arbitrariedades.