Conmocionados y devastados. Así se encuentran a día de hoy los familiares, amigos, vecinos y demás allegados de Eli Lozano, un campesino de 70 años, que hace poco más de una semana había sido reportado como desaparecido y fue hallado el pasado sábado, 20 de julio, sin vida y enterrado en su propia finca.
Hasta el momento, se desconoce la identidad de los responsables de este aberrante crimen, así como las razones que motivaron el asesinato de Lozano. No obstante, las autoridades han revelado que manejan la hipótesis de que se haya tratado de un posible intento de robo.
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Mientras tanto, la comunidad de la vereda Aguas Blancas, en el municipio de San Pablo, donde se registró el hecho, se han unido al clamor de la familia de la víctima para exigir justicia por la muerte de este campesino, reconocido en su comunidad por ser un hombre amable y trabajador.
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“Queremos justicia y no descansaré hasta que se dé. Mi papá no merecía morir de esa manera porque era una persona buena, sana y trabajadora. Era un ser maravilloso que le quitaron la vida de la peor manera”, manifestó la hija de Lozano, en diálogo con medios de comunicación local.
Lozano, según su familiar, era un hombre hogareño que pocas veces salía de su casa, y cuando lo hacía era únicamente para “mercar o arreglar sus herramientas de trabajo”.
Para el momento de su hallazgo, el campesino cumplía 7 días desaparecido. Su cuerpo fue encontrado en avanzado estado de descomposición y fue ubicado gracias a diferentes animales de rapiña que comenzaron a volar alrededor de un punto específico de la finca.
Las autoridades y familiares llegaron al lugar en cuestión y se encontraron con el cadáver, que posteriormente fue trasladado hasta Medicina Legal, donde todavía se encuentran adelantando las respectivas labores de investigación para determinar cómo ocurrió el crimen.





















