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Por más de 60 años EL HERALDO hizo parte indispensable de la rutina mañanera de Luis José Rueda Sarmiento. Hasta sus últimas semanas aguardó con especial interés la llegada del periódico a su vivienda, situada en el barrio Lucero de Barranquilla.

Además de ser uno de los lectores más fieles del periódico, este santandereano oriundo del municipio de Betulia también ostentó el título del más longevo, pues cumplió 107 años el pasado 3 de julio.

El único motivo que lo obligó a faltar a su hábito más preciado fue la covid-19, enfermedad que lo aquejó durante la última semana y que finalmente produjo su fallecimiento el martes 9 de noviembre en la clínica La Asunción de Barranquilla.

En 2018, cuando Luis tenía 104 años, contó su historia en una entrevista concedida a esta Casa Editorial, a la que manifestó sincera admiración.

'Es que EL HERALDO es lo que me mantiene conectado con la ciudad y el mundo, porque ya no oigo. Es un periódico serio, objetivo, que se ha mantenido mientras otros han desaparecido. Cuando no lo leo es como si no tomara café en la mañana', dijo.

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María Fernanda Rueda, nieta de Luis Rueda, reveló a este medio que en una ocasión su abuelo le manifestó su entrañable deseo de que su muerte también quedara registrada en el diario.

'Esto es lo que a él le hubiese gustado porque me decía que cuando muriera iba a salir otra vez en EL HERALDO', sostuvo.

Clara Rueda, hija del apasionado lector y quien lo acompañó en su hogar durante los últimos años, confirmó que hasta el último día que su salud se lo permitió (ocho días antes de su deceso), su padre leyó sagradamente cada mañana el periódico.

'Yo abría la puerta por el lado del garaje y recogía el periódico que todos los días tiraban ahí, luego entraba a la casa y se lo dejaba encima del comedor. Cuando él se levantaba lo leía allí sentado, todo lo veía con una lupa; se tomaba la pastilla de la presión y después se iba a bañar', expresó.

Clara indicó que Luis Rueda gozaba de una privilegiada lucidez y memoria, siempre interesado por la información relevante que brinda la edición impresa en todas sus secciones.

'Todo el tiempo me estaba diciendo lo que leía en el periódico. Él era el que me avisaba cuando iban a cortar la luz o el agua en el barrio, me comentaba las noticias que le parecían importantes como los temas de las pensiones o los alimentos que había que comer porque son saludables', añadió.

'Cuando pisaba enero enseguida me recordaba que en marzo se vencía el periódico y que llamara para que vinieran por el dinero de la suscripción. Cuando no traían el periódico, por lluvia o cualquier otro motivo, me decía: ‘llame para ver qué pasó’. Yo llamaba, me daban las razones por las que no había llegado aún el ejemplar y me lo mandaban', recordó la mujer.

Por último, resaltó que su padre 'tuvo el mejor cariño con EL HERALDO y a su vez esta Casa Editorial fue muy especial con él'.

Y es que la historia de Luis Rueda con EL HERALDO data de hace más de medio siglo, pues como él mismo contó hace tres años, se convirtió en lector habitual gracias a los ingresos que obtenía de su primer trabajo.

'Llegué muy joven a Barranquilla, estuve en el Ejército, y cuando conseguí un trabajo formal como profesor de educación física, me hice lector habitual del periódico, hasta convertirlo en lectura diaria indispensable. Cuando mis asuntos económicos mejoraron, me hice a la suscripción para tener el ejemplar muy temprano', relató en ese entonces.

Rueda Sarmiento era viudo, pensionado y padre de Juan, Luis, Imelda, Alfredo, Magali, Hildeberto (fallecido) y Clara.

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