El conflicto pica y se extiende. Vecinos de la vivienda ubicada en la carrera 46 con calle 93, denunciaron comportamientos inadecuados por parte de Ana María Vadala, propietaria del lugar y quien protagonizó un escándalo este fin de semana luego de evitar que funcionarios del Distrito instalaran una malla divisoria entre su casa y una edificación vecina.
Todo comenzó cuando el pasado sábado 8 de febrero los encargados de ejecutar la instalación llegaron hasta los predios de Vadala, tras las constantes peticiones de vecinos, que han venido manifestando su malestar por la gran cantidad de animales que conviven con la mujer, los cuales –según ellos–'se pasan para el edificio a defecar en el techo y rasguñar las tejas', acciones que han causado daños en la infraestructura.
Por su parte, la dueña de la vivienda se opuso a los trabajos, por lo que fue necesaria la presencia de miembros de la Policía. Vadala arremetió contra los presentes.
Cabe resaltar que la mujer ya ha tenido varios conflictos con vecinos, transeúntes y autoridades.
Estos mismos habitantes del barrio El Poblado se han quejado por la 'oscuridad y el descuido del andén, el cual, según ellos, parece una selva. La 'actitud agresiva' de las señora, también es causa de conflicto para los moradores de este sector.
De acuerdo con los afectados, la decisión de colocar la malla fue precisamente para evitar los malos olores que genera el excremento de las mascotas (perros y gatos) y prevenir más daños, de los que aseguran han sido víctimas.
Horas más tarde después de que la Policía se retiró del lugar, Ana María de 50 años y su madre, de 80 años, en retaliación por lo ocurrido arrojaron basuras en la edificación, arrancaron las cámaras de seguridad, destruyeron una unidad de aire acondicionado y untaron excremento de animales en las puertas y ventanas del edificio vecino. Todos estos actos quedaron registrados en videos que se pueden observar en la página web de EL HERALDO.
'Lo que paso el sábado superó el límite, este es un problema recurrente que se viene presentando desde el 2015. Tenemos mucho tiempo siendo tolerante con estas dos mujeres. Además se enloquecieron y vinieron con cuchillos a amenazarnos, esto es un peligro', comentó un vecino del lugar, que prefirió reservar su nombre.