El arzobispo de Barranquilla, monseñor Pablo Emiro Salas bendijo la entrada principal de la Catedral Metropolitana María Reina para dar apertura de manera oficial a los templos de la ciudad.
'Tras largos días nos volvemos a encontrar, reiniciamos nuestras celebraciones comunitarias para que Dios con su amor bondadoso nos ayude hacer la familia santa que quiere celebrar los sacramentos que alimentan y sostienen nuestra fe. Dispongámonos para esta nueva etapa', de esa manera monseñor dio inicio a la primera misa, luego de completar más cinco meses sin oficializar una eucaristía con la presencia de feligreses.
En la catedral se habilitaron solo 24 bancas que fueron compartidas por dos personas. En cada esquina se ubicó un feligrés.
El ingreso se realizó después de pasar por una zona de desinfección de zapatos y de toma de temperatura.
En la iglesia Nuestra Señora del Rosario también se celebró la misa a primera hora de este domingo.
Para algunos 'sentir el fervor que solo se siente en la parroquia' es único y por eso no importa lo que tengan que hacer para seguir asistiendo a la misa.
'Dios nos escuchó, queríamos volver al templo', dice entusiasmada Viviana Roa.
En esta parroquia las bancas están enumeradas y solo pueden ser ocupadas por una persona, ni siquiera puede ser compartida con familiares.
El párroco Yohan Acendra explicó a los fieles que a partir de este domingo se omite el rito de la paz y la comunión se recibirá en la mano.
Sobre la ofrenda, el párroco dijo que la colecta se hará al final de la celebración, en recipientes de fácil desinfección, y la persona encargada de recogerla debe hacerlo observando estrictamente el uso de los elementos de protección personal.




















