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Bocas de Ceniza no solo es un lugar emblemático de la ciudad, en donde el río Magdalena se encuentra con el mar y cientos de turistas lo visitan cada año. Las estructuras que lo componen, conocidas como tajamares, juegan un papel fundamental e histórico para la navegación fluvial de la ciudad.

Tanto el tajamar oriental, como el occidental, cuya longitud es de 12 kilómetros aproximadamente, fueron construidos en la década de 1930 con el fin de acelerar la velocidad de la corriente y así arrastrar la sedimentación que se forma en la desembocadura del río.

El ingeniero y director del Observatorio del río Magdalena de la Universidad del Norte, Humberto Ávila, explicó que antes de la construcción de los tajamares el río Magdalena se descargaba en el mar de manera 'libre' por diferentes brazos. Lo que imposibilitaba —de acuerdo al experto— a que la ciudad tuviera una vía de acceso lo suficientemente profunda y definida para las embarcaciones.

Ávila precisó que una vez se construyeron las estructuras las autoridades lograron concentrar la salida el río en una sola. Esta concentración —explicó— hizo que se aumentara la velocidad en la salida y se indujera la profundización del río.

Sin embargo, el experto aclaró que los tajamares se construyeron hace más de 80 años y las condiciones naturales han ido cambiando, por lo que indicó que es posible que el entorno en Bocas de Ceniza sea diferente al de la época en las que fueron concebidas las estructuras.

El mismo paso del tiempo y las condiciones cambiantes del Magdalena —indicó Ávila— han obligado a las autoridades a realizar más obras hidráulicas a través de los años en Bocas de Ceniza, cuya finalidad ha sido corregir el encauzamiento hacía el canal de acceso al Puerto local.

Asimismo, el ingeniero Humberto Ávila señaló que el estudio que actualmente realiza el Instituto Nacional de Vías, Invías, se debe enfocar en identificar cuáles son las condiciones de hoy en el sector y cuál será la tendencia del río en los próximos años.

Por estas razones, Cormagdalena ha incluido dentro del alcance de la nueva APP, proyecto con que el Gobierno pretende recuperar la navegación a lo largo de 908 kilómetros del Río, el mantenimiento del tajamar occidental y la reparación del tajamar oriental.

El deterioro

Llegar al tajamar occidental de Bocas de Ceniza es encontrarse con una estructura bastante deteriorada y con un panorama desolador, cuya presencia de turistas —según los comerciantes del lugar— ha ido decreciendo en los últimos años.

De igual forma, la socavación en los cimientos rocosos y la basura arrastrada por la corriente hasta la orilla del costado del río Magdalena, afean el entorno y hace que los turistas que se acerquen a conocer el emblemático lugar sorteen entre escombros su llegada hasta la punta de la desembocadura.

La vía por donde pasa el tradicional ‘trencito’ también se encuentra deteriorada y con desniveles en la línea férrea por la que transita.

Francisco Martínez, pescador de Bocas de Ceniza desde hace 28 años, manifestó que la sedimentación en el sector ha causado 'grandes sufrimientos' a la actividad pesquera de la zona.

Martínez instó al Gobierno a que se tomen soluciones 'de fondo' para que las campañas de dragado sean menos. 'Cada vez que se acerca la draga al tajamar occidental, nosotros sufrimos porque se erosiona más las rocas que nos protegen', indicó.

Las obras

De acuerdo con Alfredo Varela, director ejecutivo de Cormagdalena, el nuevo contrato (APP) establece la 'obligación' de realizarles mantenimiento a la estructura occidental y la reparación del dique interior de contracción en los últimos 150 metros.

Precisó que el concesionario que se quede con la adjudicación del contrato debe presentar a Cormagdalena, dentro de los primeros 120 días posteriores al Acta de Inicio, los diseños, el plan, el cronograma, la secuencia espacial de los trabajos, la programación en el tiempo, los métodos de ejecución y los equipos que piensa emplear para las obras en los tajamares.

En ese sentido —indicó Varela— aún no es posible establecer el monto de la inversión que se utilizará para reparar las estructuras. Sin embargo, el contrato establece una partida presupuestal de aproximadamente 900 mil millones para las diferentes obras que se necesiten en el río Magdalena.

los beneficios. El director ejecutivo de Asoportuaria, Alfredo Carbonell, indicó que las obras rígidas e hidráulicas son las que permitirán encauzar el río Magdalena y se vaya limpiando de manera automática el sedimento, lo que haría que se tengan que realizar menos campañas de dragado.

Sostuvo que durante muchos años los tajamares funcionaron de una manera 'adecuada', pero hoy en día el tajamar oriental perdió aproximadamente 150 metros de longitud y el occidental necesita una reparación.

'Eso quiere decir que los tajamares no están cumpliendo su función hidráulica, lo que se ha traducido en una gran cantidad de problemas en la desembocadura', aseguró el dirigente portuario.

De igual forma, Carbonell indicó que de llegarse a ejecutar las obras previstas en los tajamares, incluidas en la nueva APP, y los estudios que realiza Invías, se tendría una 'mayor estabilidad' y se invertirían menos recursos en dragado.