El Heraldo
El cangrejo azul que habita en la ciénaga atraviesa la nueva Circunvalar durante su proceso migratorio. Hansel Vásquez
Atlántico

Concesión avanza en estudio para la preservación del cangrejo azul

El estudio ambiental tiene un avance del 80% y definirá las acciones para mitigar el impacto que ha generado la Segunda Circunvalar en la Mallorquín.

Ante el impacto ambiental que ha generado la Segunda Circunvalar, construida al margen de la Ciénaga de Mallorquín, la concesión a cargo de la vía implementa un estudio ambiental para definir nuevas medidas que permitan proteger la población del cangrejo azul que habita en esa zona.

Una de las mayores afectaciones que ha sufrido el crustáceo y que ha dejado en evidencia EL HERALDO está relacionada con su proceso migratorio, el cual es obstruido por el separador vial que se construyó en la doble calzada.

La Concesión Costera informó que dentro del plan de monitoreo se han instalado cámaras que registran patrones de comportamiento del cangrejo, mediante la identificación de madrigueras y morfometría (tamaño y forma).  Asimismo factores de amenaza de la población como caza ilegal y alteración de su hábitat.

Dentro del plan de manejo ambiental también realizan la siembra de mangle, con el fin de conformar “una barrera viva que posibilite encauzar los animales hacia las obras hidráulicas habilitadas como pasos de fauna”.

Inicialmente el estudio fue contratado por seis meses, pero fue ampliado a un año, según el concesionario, por consideraciones que hicieron los diferentes actores que han participado en las socializaciones; es decir, comunidad de la zona, autoridades y entidades ambientales.

La idea es tener un ciclo anual que abarque los meses en los que se evidencia la presencia del cangrejo.

El estudio fue contratado con la Fundación Omacha, una organización que realiza estrategias para garantizar la conservación y el uso sostenible de ecosistemas, especies acuáticas y terrestres. La fundación trabaja en Colombia, Suramérica y otros países.

Dentro del grupo de especialistas que trabaja en la zona hay dos biólogos marinos y un ecólogo de zonas costeras, quienes trabajan en compañía de otros funcionarios de la Fundación Omacha.

El concesionario informó que el estudio avanza en un 80%. Hace falta una última jornada de campo y un taller con miembros de la comunidad de la zona, para luego elaborar el informe final que permita definir las medidas definitivas para garantizar el paso seguro de la fauna que habita en Mallorquín. Mientras eso ocurre, personal de la concesión inspecciona la zona y adelanta campañas de sensibilización.

El estudio en Mallorquín se realiza en cumplimiento de las medidas establecidas por la Autoridad Nacional de Licencias Ambientales (Anla) en la Resolución 00464 de 2019.

Para socializar las medidas, el concesionario ha realizado mesas de trabajo con la participación de autoridades ambientales y comunidades aledañas a la Ciénaga.

Un funcionario de la Concesión Costera revisa el área cercana a la Ciénaga de Mallorquín. Hansel Vásquez

Otras medidas

Para dar paso a la fauna, la concesión hizo unas aberturas en los separadores de concreto, ‘ecoductos’. Esta medida fue rechazada por biólogos ya que el diseño no guarda uniformidad con la carretera, sino que por el contrario tiene elevaciones que no garantizan el paso de los pequeños animales.

También se instalaron polisombras para redireccionar a los cangrejos hacia las obras hidráulicas, una medida poco útil, según los expertos porque es un elemento sensible que se daña con facilidad.

La ciénaga

 Mallorquín, ubicada en el noreste del Atlántico y al oeste del río Magdalena, es considerada como uno de los ecosistemas más estratégicos del departamento que está en grave riesgo. Así lo han determinado académicos que alertan sobre la posibilidad de perder la conexión de los servicios que ofrece el hábitat de mamíferos, crustáceos, aves, reptiles, anfibios y peces.

Estudios señalan que las actividades antrópicas han sido fundamentales en la degradación y pérdida del ecosistema de este humedal, que cumple un papel de gran importancia en la mitigación de fenómenos naturales.

Daños en el ecosistema

La situación en la Ciénaga de Mallorquín es comparada con lo ocurrido en la Ciénaga Grande de Santa Marta, así lo aseguró la bióloga marina Jimena Bohórquez, quien explica que las infraestructuras viales no planificadas generan destrucción y graves daños a los espacios naturales, tal y como se evidencia en la Ciénaga Grande. “Es una de las lagunas costeras más grandes de Latinoamérica y la dañamos, la destruimos, hay zonas completamente muertas y es poco probable que se pueda salvar. Sufrió un gran daño al ser intervenida para construir la vía que conecta a Barranquilla con Santa Marta. Es muy triste que no se aprenda de los errores”.

Interrupción del proceso migratorio de cangrejos

El muro en la Circunvalar frena el paso de cangrejos que habita en la Ciénaga de Mallorquín.

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