Una serie de intimidaciones a través de llamadas telefónicas, mensajes vía WhatsApp, entregas de panfletos y ataques contra sus vehículos ha sido el método de presión ejercido por un supuesto grupo criminal que busca el pago de una millonaria extorsión de la empresa Lolaya.
Ante este panorama, los conductores de esta compañía –que cubre rutas de transporte de personas en Barranquilla y su área metropolitana– decidieron suspender sus actividades en la mañana de este miércoles para exigir acciones por parte de las autoridades.
Uno de los trabajadores afectados aseguró a EL HERALDO que se encuentran en paro debido a las “constantes” amenazas y ataques contra los buses, que podrían terminar en afectaciones a su integridad.
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Aseguró que si bien las autoridades han realizado charlas, no se han adoptado “medidas concretas” y por ende se encuentran a la espera de indicaciones de los directivos para saber cuándo retomarán las labores.
“La verdad es que estamos afrontando una situación bastante difícil desde hace unos días, luego de que a la empresa llegara un panfleto. Entonces nos pusimos todos al pendiente del caso. Primero tiraron piedras a uno de los buses en la misma nevada y este fin de semana que pasó fue un atentado a un compañero de nosotros, el cual se dirigía al taller, y creo que fueron cuatro tiros que le propinaron al vehículo”, añadió.
Los conductores han sido enfáticos al solicitar que se garanticen las medidas necesarias para continuar prestando el servicio a las decenas de usuarios que necesitan transportarse diariamente a través de sus rutas.
“Es preocupante la situación; entonces, tomamos la decisión de no salir a trabajar porque nos vemos en esa obligación, porque sabemos que realmente están expuestas nuestras vidas, y detrás de nosotros hay mucha gente que depende de nosotros. Los directivos de la empresa nos han dado algunas indicaciones, y nos han dicho que el Gaula está pendiente de eso, pero no vemos a nadie acompañándonos”, dijo.
Afectaciones en usuarios
Ante el cese de actividades de los cerca de 90 buses de la empresa Lolaya, los más afectados han sido los usuarios. La noticia les tomó por sorpresa, por lo que tuvieron que buscar otras rutas y medios de transporte para poder llegar a sus destinos.
Alrededor de media hora llevaba la usuaria Derlis Orozco, en el barrio El Manantial de Soledad, esperando la ruta de Lolaya que a diario usa para dirigirse hacia el barrio El Bosque para cumplir con sus actividades académicas.
“No tenía ni idea que no estaban pasando los buses y ahora no sé qué voy hacer, ni en qué me voy a ir, porque no me pasa ninguna otra ruta que me quede relativamente cerca. Es necesario que pongan rutas que cumplan con las que Lolaya no está cumpliendo”, dijo Orozco.
Otros usuarios extendieron el llamado a las autoridades debido a que entienden la situación de inseguridad a la que no solo se enfrentan los conductores, sino también los pasajeros.
¿Qué dicen los empresarios?
Francisco Pupo, presidente de Asotranscol, aseguró que el sector de transporte público colectivo ha sido víctima de extorsiones y amenazas por presuntos miembros de grupos como que el Clan del Golfo, Los Urabeños o los Costeños.
“Varios choferes de buses han resultado heridos a bala, los atracan en su recorrido, nos envían papeles con ellos. Lo que dicen es que si no pagamos nos van a matar a los conductores, empleados, directivos. Esto ha sido algo constante”, explicó.
También indicó que les llama atención que estos grupos delincuenciales tienen los números telefónicos privados, saben dónde viven los administradores, y sus rutinas.
Los antecedentes
Cabe anotar que, en julio de 2022, EL HERALDO documentó que todos estos ataques y casos de extorsión hacia el gremio del transporte público urbano y otras formas de negocio era la continuación de un viejo método usado por las estructuras criminales con el fin de apropiarse de rentas legales.
Coolitoral, Sobusa y Coochofal, tres de las actuales 25 empresas del transporte público urbano de Barranquilla y su área metropolitana, han tenido a lo largo de los últimos años varios episodios relacionados con ataques de grupos armados ilegales a sus empleados y a su parque automotor. Ahora se sumaría Lolaya.
Recordemos que el domingo anterior, en el municipio de Soledad, fue atacado a tiros un bus de la empresa que era conducido por un chofer y se dirigía hacia un taller de mecánica.
Y el pasado miércoles 14 de agosto fue atacado un vehículo cuando viajaba por la avenida Circunvalar, en ruta hacia la nevada. Sobre este caso en particular la Policía señaló que no había sido un impacto de bala sino una piedra lo que le habían lanzado.
Por su parte, la Secretaría de Gobierno de Soledad informó que este jueves se realizará una mesa de trabajo especial donde se analizarán la situación de seguridad de las empresas de transporte: “Se espera que tras la reunión se adopten medidas para enfrentar los hechos que hasta ahora han sido denunciados”.
Extendió, además, un llamado a las empresas y ciudadanos a que presenten las denuncian ante la autoridad competente.
Estas son las rutas de Lolaya que están suspendidas
Las rutas operadas por esta compañía y que dejaron de circular son: B10 La Playa que sale de Soledad, recorre la calle 72 hasta llegar a la urbanización La Playa.
La segunda es la B10B Zoológico, que va del barrio Manantial de Soledad, toma la Cordialidad, busca la calle 72 y llega al Zoológico para luego tomar su recorrido de retorno.
Y, finalmente, Lolaya opera la ruta D8 Normandía, que sale de Soledad, toma la 14, luego la calle 72 hasta Zoológico, donde busca la ruta de retorno a la nevada.
De acuerdo con las estimaciones de los gremios locales, los buses de la empresa Lolaya transportan diariamente cerca de 85 mil usuarios.
EL HERALDO consultó al Área Metropolitana de Barranquilla (AMB) para conocer detalles de los planes de contingencia para cubrir las rutas durante el paro, pero hasta el cierre de esta edición no se obtuvo respuesta alguna.


















