
¿Por qué se redujeron los nacimientos en el Atlántico?
Según estadísticas entregadas por el Dane, los nacimientos en el Atlántico durante el 2020 se redujeron en un 7,2 %. La pandemia podría ser el factor más importante en el índice.
Cerca de cumplirse dos años desde que la Organización Mundial de la Salud (OMS) declaró el brote de covid-19 como pandemia global, entidades nacionales e internacionales continúan identificando el impacto de la emergencia sanitaria en diferentes aspectos del desarrollo de la sociedad, como la tasa de natalidad en el país y en el departamento.
Conforme a los datos publicados recientemente por el Departamento Administrativo Nacional de Estadística (DANE), a pesar de que en los últimos cinco años se observó “una caída progresiva” en los nacimientos en Colombia, la tendencia a la baja fue mayor entre el 2019 y 2020, reportándose una reducción en el país de 2.1 % en nacimientos.
De acuerdo con el DANE , los departamentos como Caldas (-18,4%), Quindío (-9,4%) y Nariño (-9,3%) encabezan el listado de sectores del país con tasas más bajas de natalidad. En el caso del Atlántico, se evidenció una tendencia de reducción de nacimientos de -7,2 % entre el 2019 y 2020, dando lugar a una tasa de 14,7 nacimientos por cada mil habitantes.
Sobre lo mencionado, la secretaria de Salud del Atlántico, Alma Solano, expuso que “el primer factor que estaría incidiendo sería la pandemia”, haciendo referencia a que se redujo la interacción social a causa del aislamiento. A su vez, indicó que, por las condiciones sociales relacionadas con la emergencia, “algunas familias decidieron no tener hijos”.
Las investigadoras de la Universidad Simón Bolívar, María Sirex Consuegra y María Nohemí González, expusieron que “aunque no se podría dimensionar con certeza la influencia de la pandemia en la natalidad en el departamento”, esta ha creado un ambiente de incertidumbre y recesión económica que “puede estar incidiendo en la decisión de las mujeres de no tener hijos”.
Por su parte, Prince Torres, investigadora en género, explicó que –según los datos nacionales e internacionales– uno de los grupos de edad entre los que más embarazos registran en el país es el de madres y padres entre 15 y 19 años.
Con base a esto, argumentó que al implementarse medidas de aislamiento social “se pudo haber limitado la consecución de espacios para la intimidad y las relaciones sexuales, dando lugar a la reducción de embarazos y nacimientos en madres pertenecientes a esta población”.
Por otro lado, Torres enfatizó en que el factor de salud mental postpandemia también podría estar incidiendo debido a que la crisis sanitaria y el aislamiento social “generó estrés, ansiedad y depresión” en algunas personas. Además, agregó que actualmente las mujeres tienen más conocimiento y acceso a métodos anticonceptivos y herramientas de planificación de embarazos.
Del mismo modo, López mencionó que el hecho de que las mujeres se estén incorporando en espacios académicos y laborales –dejando de ocupar solo las esferas domésticas– podría estar dando lugar a que se priorice la realización de proyectos profesionales y económicos antes de tener hijos.
Yuleidis Barrios, estudiante de negocios internacionales en la Universidad Simón Bolívar, manifestó que, a pesar de que sí se proyecta como madre, considera que primero debe “tener mayor estabilidad” en el plano académico y laboral.
“Tengo 22 años y, en este momento de mi vida, me dedico a estudiar y trabajar en mi propio emprendimiento. Respecto a la maternidad, sí está entre mis planes, pero primero quiero cumplir mis metas y organizar mi vida hasta sentir que ya estoy lista para ser madre”, dijo la mujer, que reside en el municipio de Galapa.
Barrios, agregó que con el objetivo de evitar su embarazo y planificarlo para un momento determinado de su vida hace uso de métodos anticonceptivos.
En su argumento coincidió con Sofia Martínez, de 21 años –residente de Soledad– quien aseguró estar haciendo uso de herramientas de planificación porque considera que no está en “capacidad emocional y económica para traer un hijo al mundo”.
Por su parte, Dayana Roca, residente del mismo municipio, expuso que a pesar que haber quedado en embarazo, reconocer su responsabilidad y “aceptar a su hijo con amor” tenía intenciones de seguir con su “plan de vida”, relacionado con terminar sus estudios académicos y alcanzar su estabilidad económica.
“Realmente no quería ser madre sino hasta los 28 años. Cuando me enteré de que estaba embarazada fue difícil porque no estaba dentro de mis planes. En este momento acepté a mi bebé y reconocí mi responsabilidad, pero pienso en seguir trabajando y terminar mi carrera”, ratificó la mujer de 23 años.
Yuliana Castro, de Baranoa, quien está iniciando su carrera de medicina, narró que de considerar tener un hijo sería después de cumplir 30 años, debido a que en ese momento “es probable que no tenga los recursos económicos para su crianza”.
Otras mujeres del Atlántico, como Daniela Cerpa Sarmiento, también manifiestan su decisión de no tener hijos, argumentando que “no sienten el deseo, ni las cualidades maternales necesarias para dar a luz a un bebé y asistir su proceso de crianza y desarrollo”.
Conforme a datos entregados por el DANE, desde octubre de 2020 hasta el mismo mes de 2021, en el país se registró un incremento mayor al 19 % en los nacimientos en madres entre 10 y 14 años, pasando de 742 a 886.
Esta cifra fue descrita por Juan Daniel Oviedo, director de esta entidad, como un indicador “preocupante”, argumentando que, de acuerdo con el código penal, este tipo de embarazos y nacimientos pueden tipificarse como acceso carnal violento.
En el caso del Atlántico, en el mencionado periodo de tiempo, hubo un incremento mayor al 30 %, pasando de 28 a 37 nacimientos de este tipo.
“Estos nacimientos, de acuerdo al código penal, se pueden considerar como delito. Las Secretarías de Salud pueden tener acceso a informes demográficos, conocer cuáles de estos nacimientos se concibieron con padres mayores de 20 años e ir a buscar a esas madres y poder establecer ayudas institucionales”, manifestó el director del DANE.
Del mismo modo, Oviedo agregó que este tipo de embarazos son “una trampa de pobreza” para los departamentos, haciendo referencia a que las menores “se aíslan del sistema laboral y académico y terminan en oficios domésticos como tarea compensatoria”.
La Secretaría de Salud del Atlántico informó que, actualmente, adelanta acciones de prevención de embarazos en poblaciones menores de 14 y de 15 a 19 años respectivamente. Estas acciones, conforme a lo informado por esta dependencia, “se ajustan a las directrices de orden nacional” y se desarrollan a través del modelo de atención en salud de ‘Servicios Amigables para Adolescentes y Jóvenes’, llevado a cabo en las 22 E.S.E del departamento.
Por otro lado, la Secretaría de Salud departamental informó que los municipios donde se presentan menos embarazos en adolescentes son Piojó y Usiacurí.