Las obras de infraestructura vial ejecutadas durante 2025 en el Atlántico se consolidaron como uno de los principales motores para mejorar la movilidad, la seguridad en las carreteras y el crecimiento económico del departamento.
A lo largo del año, distintos proyectos estratégicos permitieron conectar de manera más eficiente zonas industriales, agrícolas y turísticas, impactando de forma directa la vida diaria de miles de ciudadanos.
Este avance fue posible gracias a la ejecución de iniciativas lideradas por la Gobernación del Atlántico, a través de la Secretaría de Infraestructura y la Subsecretaría de Vías y Construcción, con un enfoque orientado a responder a las necesidades del territorio y a fortalecer la competitividad regional. El gobernador Eduardo Verano realizó seguimiento constante a las obras, resaltando la importancia de una infraestructura al servicio de la gente.
En ese contexto, uno de los logros más representativos del año fue el progreso de corredores viales clave para la logística y el desarrollo productivo. La doble calzada de Caracolí, con una inversión de $148.767 millones, avanza como una arteria fundamental que conecta a Baranoa, Malambo, Galapa y Soledad, facilitando el tránsito hacia una de las zonas industriales más dinámicas del departamento y mejorando la seguridad vial y el transporte de carga.
A este proyecto se suma la doble calzada de Juan Mina, con una inversión de $99.750 millones, concebida como un corredor estratégico de 7 kilómetros que permitirá una salida más ágil de productos hacia los mercados nacionales e internacionales, cumpliendo con estándares de durabilidad y seguridad vial.
De manera paralela, durante 2025 se desarrolló una estrategia permanente de mantenimiento preventivo y correctivo sobre más de 300 kilómetros de la red vial departamental. Con una inversión de $39.454 millones, se adelantaron trabajos de rocería, sellado de grietas, reparcheo y atención de puntos críticos en los 22 municipios del Atlántico, contribuyendo a preservar la infraestructura existente y a garantizar una movilidad segura para comunidades rurales y zonas productivas.
La respuesta a emergencias viales también marcó el balance del año. La intervención de la vía Juan de Acosta–Chorrera, con recursos por $7.500 millones, permitió restablecer la conexión de comunidades que habían quedado incomunicadas por derrumbes.
Asimismo, se ejecutaron obras de solución vial en municipios como Repelón, Santa Cruz y Usiacurí para reducir riesgos y mejorar las condiciones de tránsito.
En cuanto a proyectos de largo alcance, la administración departamental mantuvo el seguimiento técnico y legal al segundo tramo de la Gran Vía, cuya inversión asciende a $108.166 millones.
Gracias a mesas de trabajo con el contratista y los actores del territorio, se logró la reactivación de la obra y la definición de su fecha de terminación, mientras continúa la vigilancia institucional para garantizar su cumplimiento.
Finalmente, la Gobernación del Atlántico anunció que a las inversiones ejecutadas en 2025 se sumarán $395.000 millones adicionales contemplados en el Plan Vial 2024–2027. Con este impulso, la inversión acumulada de la actual administración alcanza cerca de $876.000 millones, proyectando al Atlántico como un territorio más conectado, competitivo y preparado para su desarrollo futuro.


