El gobernador del Atlántico, Eduardo Verano, durante la clausura del XII Foro Energético de Andeg, aseguró que es necesario buscar soluciones urgentes para el sistema eléctrico colombiano, en especial para la región Caribe.
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“Las soluciones de fondo no pueden seguir siendo remiendos: debemos pensar en un nuevo modelo de prestación del servicio. Hay experiencias internacionales que han dado resultados y este sector debe explorarlas con decisión”, afirmó el mandatario departamental.
Sostuvo que, aunque algunos aspectos han mejorado, el tema financiero y el estado del sistema eléctrico en la Costa Caribe se han agravado.
El mandatario advirtió que el Caribe sufre el peso de altas pérdidas técnicas y no técnicas, además de restricciones en la red, lo que genera una tarifa que castiga a los usuarios y desincentiva la inversión.
“Se necesita una revisión regulatoria profunda que permita ajustar la metodología tarifaria, reducir el impacto de pérdidas en el usuario final e incentivar la eficiencia y nuevas inversiones en infraestructura”, señaló Verano.
Dijo que las pérdidas de un racionamiento serían inmensas: un mes representaría 5.7 billones de pesos (0.33 % del PIB), tres meses 17 billones (1 % del PIB) y nueve meses —como en los años 90— más de 51 billones, equivalentes al 3 % del PIB actual.
“Estas cifras hablan por sí solas: el costo de no actuar es mucho mayor que el de pagar las deudas, ejecutar los mantenimientos, destrabar proyectos e invertir en el sistema”,
Recordó que el apagón de 1992 le costó al país cerca del 3% del PIB, lo que hoy equivale a más de 50 billones de pesos. “No podemos repetir esa historia: un racionamiento es el mayor golpe posible a la productividad, la competitividad y la calidad de vida”, subrayó Verano”.
Esta situación, señaló, no solo fue un problema energético, también afectó a la industria, hospitales y además las familias colombianas debieron soportar apagones de hasta 8 horas diarias.
Para verano, esta experiencia debe ser suficiente para actuar con responsabilidad. “Un racionamiento es el mayor golpe posible a la productividad, la competitividad y la calidad de vida”.
De acuerdo con los reportes, en Colombia, entre agosto y octubre de 2025, predomina la neutralidad con sesgo seco; entre septiembre y noviembre podría aparecer una Niña débil y breve, para luego retornar a condiciones neutrales en 2026.
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Es decir, que la hidrología no será confiable y por ello el parque térmico debe estar disponible y preparado.
Destacó que a la fecha los embalses están a niveles del 82,48%. Sin embargo, si se presenta un verano intenso, puede vaciar reservas rápidamente. “Sin respaldo térmico confiable, el riesgo de apagón se multiplica”.
Medidas urgentes
Para evitar que el país sufra racionamientos, se necesita que se tome una decisión política urgente sobre el presupuesto de la Nación 2026, el cual debe incluir recursos para saldar las deudas de Air-e y Afinia y las garantías de pago a generadores y transportadores mediante un fideicomiso transparente.
“Esto no es un rescate a empresas, es una inversión en la seguridad energética de los colombianos. Sabemos que ISA–Transelca tiene la capacidad técnica y financiera para ejecutar mantenimientos urgentes y destrabar proyectos represados que hoy limitan la confiabilidad del sistema”.
Para el gobernador, son necesarias nuevas inversiones en subestaciones, líneas de alta tensión y tecnología de control, que son indispensables para liberar capacidad y atender la demanda creciente.
“Proponemos un esquema de gestor técnico integral, liderado por Transelca, para garantizar que estos proyectos no se sigan aplazando y se conviertan en realidades que fortalezcan el sistema”, sostuvo.
Con respecto al potencial de la región Caribe, señaló que, para aportar al sistema interconectado nacional, se debe avanzar en la ejecución de más de 15.000 MW de proyectos renovables aprobados en solar y eólica.
“Estos proyectos representan una oportunidad histórica para diversificar la canasta energética, pero esto debe hacerse de manera gradual, asegurando en paralelo la disponibilidad de energías firmes y confiables como respaldo”.
El gobernador concluyó su intervención afirmando que la transición energética no puede ser sinónimo de fragilidad. Debe ser ordenada, equilibrada y realista.