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Las alas y los cantos de las aves volvieron a darle vida al Ecoparque Ciénaga de Mallorquín en la tarde de este miércoles. Entre el verde de la ciénaga y la brisa fresca propia del lugar, se inauguró la primera galería educativa de aves, un lugar pensado para que niños, jóvenes y adultos descubran, aprendan y se maravillen con las especies que habitan este tesoro natural de Barranquilla.

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Más que un nuevo atractivo, la galería se convierte en una ventana a la biodiversidad que ha hecho de este lugar un destino obligado para quienes buscan conectarse con la naturaleza.

El alcalde Alejandro Char destacó el impacto y la fuerza que este lugar le ha aportado a que Barranquilla se convierta en un lugar cada vez más verde y sostenible.

“Aquí conviven más de un millón trescientos mil habitantes con miles de especies que nos escogen como su hogar. Este ecoparque no solo nos conecta con la naturaleza, también hace que Barranquilla sea un mejor vividero. Entre 5 mil y 6 mil personas visitan cada semana este lugar, y muchos de ellos vienen de fuera de la ciudad, lo que está moviendo la economía en hoteles, restaurantes y transporte. Cuidar el medio ambiente también significa generar empleo y oportunidades”.

Char recordó que en menos de dos décadas Barranquilla pasó de darle la espalda al río y a la ciénaga a convertirlos en símbolos de ciudad: “El Gran Malecón del Río, Mallorquín y Puerto Mocho son prueba de que hoy vivimos de frente a nuestros ecosistemas. Este es un día de bendiciones, porque lo que inauguramos no es solo una galería de aves, es una universidad de la vida a cielo abierto”.

Aurelio Ramos, director general para Latinoamérica y el Caribe de Audubon, destacó la importancia de Mallorquín en la ruta de las aves migratorias

“En los últimos cincuenta años, el mismo tiempo que yo tengo de vida, hemos perdido cerca del 40 % de las aves migratorias en el continente, lo que equivale a casi tres mil millones de individuos”, afirmó Ramos.

También explicó que estas especies son indicadores fundamentales de la salud de los ecosistemas y que su declive exige soluciones urgentes, entre ellas la conservación de los hábitats que funcionan como “hoteles y restaurantes” en sus largos viajes. En este sentido, subrayó el papel crucial de la Ciénaga de Mallorquín:

“Mallorquín es un sitio estratégico, un verdadero aeropuerto natural. Durante la migración, es la puerta de entrada para las aves que cruzan el Caribe hacia el sur y también el último puerto antes de regresar al norte”.

El directivo resaltó que la conservación debe hacerse de la mano con las comunidades locales. Por ello, la instalación de la nueva señalética ambiental representa, según dijo, “una oportunidad de oro para conectar a la ciudad con las escuelas, con las comunidades y con los procesos educativos en torno a la biodiversidad”.

Josefina Villarreal

Ramos también compartió que Mallorquín se ha convertido en un puente de hermanamiento internacional, gracias al trabajo conjunto con el Beidler Forest Sanctuary en Carolina del Sur (EE. UU.), con el que se han impulsado intercambios entre científicos, universidades y comunidades.

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Ilva Gómez, gerente legal y de sostenibilidad de Argos, destacó que la primera piedra de este proyecto se puso cuando el Grupo Argos entregó las primeras 30 hectáreas para dar inicio al ecoparque. Desde entonces, la organización ha acompañado la transformación de este espacio natural que se consolida como un referente de biodiversidad y turismo sostenible en la región.

“Nos sentimos muy comprometidos con el ecoparque. Por eso, en compañía de Audubon, vimos una tremenda oportunidad de instalar la señalética ambiental. Esa señalética es educación y conocimiento para todas las personas que visitan este lugar, porque ayuda a entender que como ciudad podemos convivir con la biodiversidad”, afirmó Gómez.

La ejecutiva resaltó que Barranquilla se ha ganado el título de “biodiverciudad” gracias a iniciativas como esta, que promueven el avistamiento de aves, el ecoturismo, los recorridos por el manglar y la llamada economía azul.

“Son nuevas iniciativas que le dan un aire distinto a la ciudad y nos integran con estos espacios que antes no mirábamos. Lo mismo ocurrió con el malecón: una gran idea, un gran sueño que se hizo realidad y nos acercó al río, a la ciénaga y al mar”, puntualizó.

Más para la educación

Diego Medina, miembro de la secretaría de Educación del Distrito, destacó el impacto pedagógico de este nuevo escenario. “Ha sido la mejor experiencia. Los niños han encontrado una variedad de especies que han podido ver y sentir gracias a estos espacios. Ahora, con la nueva tecnología que incorporamos, un código QR en cada señalización de aves instalados en el lugar, los estudiantes pueden escuchar los sonidos que emite cada ave y comprender mejor su importancia en el ecosistema”, explicó.

La emoción también se sintió entre los jóvenes. Milena Moreno, de 14 años y estudiante de noveno grado en la IED Las Flores, aseguró que este contacto con la naturaleza le ha dejado aprendizajes valiosos.

“He venido varias veces y siempre me parece muy bonito. Me gustan mucho las aves, sobre todo el pelícano pardo. Para mi formación ha sido muy importante estar cerca de los animales y aprender de ellos”, contó con entusiasmo.

Por su parte, Albeiro Torres, estudiante de octavo grado de la IED Betsabé Espinosa, expresó su entusiasmo por participar en esta inauguración:

“Me gusta bastante, porque me encanta el medio ambiente, lo he estudiado mucho con mi docente y esta experiencia me ha permitido caminar y estar más adentro del corazón de la naturaleza. Mi ave favorita fue el garzón azul, porque viene desde Norteamérica y se queda en las ciénagas”, contó emocionado.

El comercio crece

Para Gustavo Guzmán, propietario de Naranmiche, uno de los negocios presentes en el ecoparque, este nuevo atractivo tendrá un impacto positivo en la dinámica del lugar. “Nuestro negocio ha estado aquí hace dos años y medio, y hemos visto cómo el parque ha transformado el turismo de la ciudad, sobre todo en eventos y partidos. Con esta área de avistamiento de aves, estamos seguros de que el flujo de visitantes va a crecer, especialmente los fines de semana, que son los días de mayor afluencia”, aseguró.

Guzmán también resaltó que la promoción en redes sociales ha sido clave para que cada vez más personas se animen a visitar el ecoparque. “La gente queda sorprendida con la experiencia y eso genera un voz a voz muy poderoso”, señaló.

Con esta nueva galería, el Ecoparque Ciénaga de Mallorquín se consolida como un epicentro de turismo de naturaleza en el Caribe colombiano, ofreciendo una experiencia que combina conservación, recreación y aprendizaje.