Compartir:

En el contexto de una economía marcada por una inflación del 5,16%, un salario mínimo de $1.423.500 y tasas de interés del 9,25%, la planificación adecuada de las primas de junio cobra una relevancia crucial para trabajadores y empresas.

El economista e investigador emérito Florentino Rico Calvano, Ph.D. en Ciencias de la Educación, sugiere tener en cuenta estrategias clave para maximizar el impacto positivo de estas prestaciones.

Leer más: Segunda etapa del mercado El Playón, casi lista para beneficiar a más de 180 vendedores

“La planificación financiera adecuada no es solo una herramienta, es una necesidad en tiempos de incertidumbre económica”, recalca.

Destinar un porcentaje de la prima a un fondo de emergencia es una opción fundamental para proteger el poder adquisitivo frente a la inflación, mientras que utilizar parte de estos ingresos para pagar deudas, especialmente aquellas con intereses altos como las tarjetas de crédito, puede mejorar la libertad financiera de los trabajadores.

Además, resulta ventajoso aprovechar promociones de junio para adquirir bienes necesarios, optimizando el uso de la prima en productos de mejor calidad y a menor costo.

El uso inteligente de las tarjetas de crédito es una estrategia beneficiosa: deben tenerse dos con diferentes fechas de corte, al inicio y a mitad de mes.

“Úsalas solo si puedes pagar el total al corte; evita pagar el mínimo, ya que los intereses pueden duplicar el valor de tu compra, y también los adelantos de efectivo, que son uno de los servicios más costosos que ofrecen los bancos”, explica Rico, profesor de la Facultad de Administración de Empresas de la Universidad Simón Bolívar.

¿Aliadas o enemigas?

El mal uso de estas tarjetas es uno de los errores financieros más frecuentes.

Para muchas familias, la prima se convierte en una excusa para gastar más de lo que se tiene, acumulando deudas que duran hasta junio del año siguiente.

“Antes de usar tu tarjeta, planifica, pregúntate: ¿realmente lo necesito o es un deseo momentáneo?”, recomienda.

Otras alternativas son considerar cursos de educación financiera, pequeñas inversiones en fondos colectivos o criptomonedas, siempre con conocimiento de los riesgos, y elaborar un presupuesto que contemple necesidades básicas como vivienda, alimentación y educación, que representan el 79 % del gasto familiar, permite una administración más efectiva.

Lea también: CRA evalúa posibles afectaciones ambientales por acumulación de basura en municipios

“Las decisiones inteligentes sobre el uso de la prima pueden marcar la diferencia entre una estabilidad financiera o dificultades en el próximo semestre”, enfatiza el experto, quien recuerda que no debe olvidarse que las actividades recreativas o de descanso contribuyen al fortalecimiento de la salud mental y emocional.

Bienestar empresarial

La planificación adecuada del pago de primas comienza con su inclusión en el presupuesto anual, asegurando liquidez suficiente mediante reservas periódicas en el flujo de caja.

Ello garantiza que las empresas cumplan sus obligaciones laborales y previene tensiones financieras.

En un escenario de inflación sostenida, ajustar las primas para preservar el poder adquisitivo de los empleados puede marcar una diferencia significativa en su bienestar.

“Las empresas deben actuar con responsabilidad social al ajustar sus estrategias para proteger a sus trabajadores frente al impacto de la inflación”, señala Rico.

Cuando no sea posible, brindar beneficios complementarios como bonos de alimentación, transporte o descuentos en productos o servicios puede compensar eficazmente las limitaciones económicas.

Implementar programas de ahorro que permitan a los trabajadores destinar un porcentaje de sus primas, con el respaldo de convenios con entidades financieras, fomenta la estabilidad económica a largo plazo.

Además, genera rendimientos futuros y conlleva a recursos acumulados para metas importantes como educación o adquisición de vivienda.

Otra estrategia efectiva es dividir el pago de las primas en varias entregas durante el año, facilitando la gestión financiera de los trabajadores y reduciendo el impacto en el flujo de caja de las empresas.

“Promover la educación financiera entre los empleados también es una medida valiosa: ofrecer talleres sobre administración del dinero y estrategias de ahorro ayuda a fortalecer las capacidades de gestión económica del personal, lo que redunda en una mayor satisfacción y productividad”, puntualiza.

Más recomendaciones

La comunicación clara y constante con los trabajadores es clave: explicar cómo la inflación afecta las finanzas de la empresa y las medidas adoptadas para mitigar este impacto contribuye a mantener la confianza y el compromiso de los empleados.

“Un trabajador informado y preparado financieramente es un activo invaluable para cualquier organización”, subraya Rico.

La diversificación de las remuneraciones más allá del salario base es otra práctica recomendada.

Incorporar beneficios adicionales como seguros de salud, vales de alimentación o transporte puede mejorar la calidad de vida de los trabajadores y reducir su dependencia exclusiva del ingreso salarial.

Estas estrategias refuerzan el sentido de seguridad y apoyo entre los empleados, lo que es especialmente importante en un entorno económico desafiante.

“Es esencial tanto para las empresas como para los trabajadores, planificar el uso de las primas con un enfoque estratégico. Para los primeros, representa una oportunidad de cumplir con sus obligaciones legales y fortalecer las relaciones laborales; para los segundos es una ocasión para optimizar sus recursos, ya sea mediante el ahorro, la inversión o el cumplimiento de compromisos financieros”, comenta el especialista.