Las intensas lluvias registradas en Barranquilla durante el presente año han desnudado un 'comportamiento atípico' de la ola invernal, al punto que se han duplicado los promedios históricos de los últimos 50 años al registrarse volúmenes de agua que superan –de forma acumulada– los 1.600 milímetros.
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El gerente de la Agencia Distrital de Infraestructura (ADI), Alberto Mario Salah, explicó que las fuertes precipitaciones generan un panorama 'complejo' en la ciudad, puesto que se saturan los cuerpos receptores que hacen parte del alcantarillado pluvial, principalmente en la zona de la cuenca oriental del caño de la Auyama.
Puso de presente que este jueves, en promedio, durante 40 minutos cayeron 73 milímetros de agua en la ciudad. Por sectores, la mayor cantidad de lluvia cayó en la localidad Suroccidente con 83 mm. En la localidad Norte-Centro Histórico se registraron 78 mm de lluvia, mientras que en la localidad Metropolitana fueron 70 mm.
En la localidad Suroriente, por su parte, hubo precipitaciones moderadas y el pluviómetro acumuló 66 mm. El sector con menores fue la localidad Riomar, con 26 mm.
Salah indicó, además, que la alta frecuencia de las lluvias tiene relación con el fenómeno de La Niña y una temporada ciclónica 'anormal' en el mar Caribe, puesto que se incrementó el número de ondas tropicales que transitaron por la zona.
'Estamos viviendo una realidad para la cual no estamos preparados, ya que tenemos un sistema de alcantarillado que avanza en su construcción en un 70 % en zonas inundables, donde la sobresaturación de suelos puede presentar emergencias', apuntó el funcionario.
Además, el gerente de la ADI comentó que en las zonas inundables de Barranquilla –tales como los barrios La Luz, La Chinita, Rebolo, Simón Bolívar y Las Nieves, entre otros–, los canales no cuentan con la capacidad hidráulica suficiente para atender estos embates de temporadas invernales.
Asimismo, también se refirió a los deslizamientos que se presentan en sectores como La Esmeralda, Nueva Colombia, Carlos Meisel, Por Fin, Los Olivos primera etapa y Cuchilla de Villate.
'Debemos evitar desafiar a la naturaleza porque siempre va a reclamar los espacios que han sido de ella por mucho tiempo. Queremos que la población entienda que no podemos seguir construyendo en las zonas inundables y de deslizamientos porque trae complicaciones en la vida de los habitantes', agregó.
Intervenciones en el Caño de la Auyama
En torno a la emergencia, Salah aseguró que desde el pasado mes de junio se vienen haciendo unas tareas de profundización y mejoramiento de la capacidad hidráulica del caño de la Auyama.
En ese sentido, la alcaldía distrital viene identificando puntos críticos trabajando alrededor de las bocatomas de cada arroyo, como por ejemplo en el barrio La Chinita. 'Allí se hace la recogida de sedimento, se minimizan las entradas de aguas para facilitar el tránsito en esta temporada invernal'.
Sin embargo, el jefe de la ADI fue enfático al manifestar que no ha sido una tarea fácil porque aún existen personas viviendo en zonas inundables. A su vez, acotó que la solución definitiva va en 'camino' y no habrá evacuación de muchas viviendas mientras esté presente la temporada invernal.
'Tenemos que pensar en tareas prontas de evacuación con el fin de agilizar que esas viviendas que están ubicadas en las rondas del Caño del Auyama no estén en riesgo', sostuvo.
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Habla experto
Sergio Ruiz, meteorólogo del Instituto de Hidrología, Meteorología y Estudios Ambientales (Ideam), argumentó que al estar bajo la influencia del fenómeno de La Niña los valores de las precipitaciones en Barranquilla suelen ser más intensos.
Con relación a eso, indicó que la ciudad ha estado por encima de los porcentajes tradicionales, lo que equivale a que en cada metro cuadrado de superficie cayeron 75 % milímetros de agua, lo cual es 'bastante abundante'.
Ruiz puso de presente que en el transcurso del 2022, las lluvias han reflejado una tendencia por encima del 50 % del promedio normal en comparación con las gráficas anteriores que obedecen a los años 1961 y 2010, que fueron temporadas fuertes de invierno.
