En la era de las tecnologías y de la poca o nula lectura de libros físicos, Gabriel David García Suescún, de 10 años, escribe una página memorable en la historia: destacarse por su pasión por la lectura, por sus permanentes ganas de aprender y por su buen verbo.
Le puede interesar: Las Bandas mayores y juveniles que participan en el ENB en Sincelejo tuvieron su primera presentación ante el jurado
Cursa cuarto grado en la Institución Educativa Antonio Lenis, sede Carrenales, Sincelejo, es además un niño con mucha visión que ama tanto la escuela que se vincula, con propuestas, a las mejoras del plantel para hacer del estudio la más divertida experiencia de vida.
Aunque no es el único al que le gusta la lectura en este colegio, Gabriel García sí sobresale entre los demás porque ha hecho de ese hábito un compromiso diario para el que no tiene excusas.
Además de las asignaturas que recibe en clases por parte de sus profesores y orientadores escolares, Gabriel lee muchas obras literarias, en especial las de Gabriel García Márquez, tanto así que de regalo de amor y amistad le pidió a su padre, Domingo José, una de las obras del nobel.
Vea aquí: Bolívar y Córdoba se ganaron los premios de Bandas Escuela en el ENB
Tan enterado es Gabriel que en más de una ocasión les ha solicitado a sus maestros información sobre temas que son abordados en cursos superiores al de él, que es cuarto de primaria. En algunas oportunidades también ha indagado sobre asuntos de los que sus profesores no le tienen la respuesta de inmediato y concertan con él investigar para encontrarla, pues no se queda con dudas.
Se dio el lujo, sin proponérselo, de dictar una cátedra sobre la lectura y la importancia de esta en la vida del estudiante, a alumnos del grado quinto. La maestra de Español lo llevó a dirigir esa clase sobre un tema en el que Gabriel es todo un ‘sabio’.
“Si no se lee, no se aprende. Si no lees, no pasa nada, pero si lees, pasa mucho”, les advierte a los estudiantes, que dentro de poco terminarán la primaria, un ciclo que Gabriel también pudo haber dado por terminado debido a que los maestros lo quisieron promover de curso, pero sus padres no lo permitieron porque prefirieron que cumpliera todos los ciclos.

Por su edad no deja de ser niño, así que también juega, le gusta el fútbol y tiene sus ídolos y ve televisión, pero no tiene celular propio. Sin embargo, sus padres se lo prestan cuando él lo desea, pero a diferencia de las nuevas generaciones, Gabriel consulta sus tareas en libros físicos: “A mí me gusta sentir la textura del papel, y escuchar el sonido que produce pasar hoja tras hoja. No es lo mismo tomar en las manos un celular que un libro físico”, cuenta.
El tener celular no lo entretiene, su mundo gira alrededor de lo que más le gusta: la lectura.
Solo le dedica media hora al celular los domingos, y de esos 15 juega y los otros los dedica a buscar historias y a la literatura, porque se declara enamorado del castellano, de allí que lee el diccionario para aprender nuevas palabras y su significado.
Lea también: Migración Colombia deportó iraní que ingresó de manera irregular al país
Le gusta el inglés, tanto que se sueña siendo un profesional en robótica con una licenciatura en muchos idiomas.
No deja, para nada, mientras está en la escuela, un gran diccionario Larousse, que es de propiedad del profesor Orlando José Camargo Lobo, quien se lo ha prestado desde que lo conoce y es, además, su mentor. Con ese diccionario acudió a la entrevista de EL HERALDO en la sede de la biblioteca del colegio y aclaró que lo hacía para que no lo fueran a corchar con las preguntas, pero en esta ocasión Gabriel García no tuvo que consultar nada, todas las respuestas, muy bien expresadas, por demás, las tuvo a primera mano.
Fueron cerca de 50 minutos de una amena conversación que no le permitieron disfrutar del recreo, un espacio de 30 minutos que él suele ocupar en la lectura, y los otros restantes ya se los estaba perdiendo de una clase y empezó a sentirse algo incómodo porque, según sus maestros, no suele perder ni un minuto de clases, en las que, además de atento, es muy participativo dado que, según su papá, el niño, al conocer con antelación el cronograma de temas a abordar en el semestre empieza a indagar sobre cada uno de ellos para llegar a las clases preparado, como si fuera un maestro.
Le sugerimos: Tragedia en Sucre: tres muertos y varios heridos dejó accidente de tránsito en rodada de Halloween
A propósito de no perder clases, una mañana llegó retrasado porque a su papá se le presentó una demora, lo que no fue del agrado de Gabriel, que entonces le pidió el favor a la coordinadora del colegio que le recordara a su padre, al mediodía cuando llegara a recogerlo, cuál era el horario de estudio.
“Gabriel es un niño muy estricto en todo. Su disciplina y compromiso con la educación es lo primordial en su vida y para nosotros como padres eso es una bendición. Es un niño sobresaliente al que no le tenemos que decir que estudie ni que haga tareas porque él es muy comprometido en eso. Ello no quiere decir que nosotros no estemos pendientes de su rendimiento, por el contrario, todos los días, cuando vengo a recogerlo al colegio, les pregunto a los profesores y coordinadores cómo le fue a Gabriel”, comparte el orgulloso padre, al tiempo que señala que los otros tres hijos también son buenos para el estudio, pero Gabriel es el que sobresale por estar inmerso en el mundo de la lectura como su pasión.
El padre de Gabriel añade que a los 4 años ya el niño sabía leer y fue una maestra en un hogar comunitario la que descubrió ese talento que ellos como padres le han ayudado a cultivar.
Un embajador
Recientemente, este niño de gran capacidad lectora, como él mismo se reconoce, participó en una actividad académica en calidad de embajador de Colombia y con su discurso dejó a los presentes muy impresionados por su buen verbo y su capacidad de manejar cualquier auditorio porque está enterado de todo, incluso opina de política.
Gabriel José también es poeta y se diferencia del resto de estudiantes por escribir en cursiva.
La frase de que un niño que lee será un adulto que piensa se la ha tomado muy en serio Gabriel, tanto que considera que “la lectura es esencial para todo porque, por ejemplo, cuando a nosotros nos ponen un problema matemático nos tienen que enseñar a descifrarlo y para eso se necesita comprensión lectora”.
En otras noticias: Procuraduría abre actuación preventiva por vulneración de derechos al pueblo arhuaco
Señala también que todos los libros son interesantes, “son de esas cosas que si uno lee bastantes veces se le queda. Yo siempre quiero un libro, aunque no haya la oportunidad para comprarlo, siempre lo quiero. Un libro es la mente y en estos momentos [siendo niño] es muy importante para nosotros desarrollarnos, es el mejor momento para nosotros ser buenas personas, para que tengamos nuestro conocimiento, porque cuando nosotros estemos grandes ya será difícil aprender. Con la lectura yo aprendo, puedo estudiar con facilidad y comprender muchas cosas. Yo leo de todo, me destaco en todas las áreas porque así debe ser el buen alumno”.
Se exige tanto él mismo porque no le gustan los fracasos, y describe este como el hecho de que una situación no le salga como él lo desea o tiene previsto.
Los días de Gabriel comienzan a las 5:50 de la mañana y antes de salir al colegio revisa todo lo que lleva en el bolso y al llegar al aula lee lo que ha preparado para las clases con la finalidad de “hacer intervenciones importantes”.
También aquí: Levantan bloqueo del pueblo arhuaco en Bosconia, Cesar
Suele ayudar a sus compañeros de aula cuando lo requieren, pero no se suma a hacer desórdenes cuando no hay maestros en el aula. “No soy de eso porque el salón de clases no es para hacer actos de indisciplina”, sentencia.
A su edad reconoce que por ser un alumno destacado hay quienes no lo miran bien o le tienen envidia, “por eso a veces me quedo debajo de la sombra para que no me tengan ese odio porque creen que mi inteligencia es como coger un puñado de tierra del suelo. Pues no, eso es un esfuerzo grande. La inteligencia no se logra sin disciplina, sin leer, sin escribir y eso es lo que muchos creen que yo no hago, creen que lo mío es suerte”.
Un caso único
El docente normalista y licenciado en Administración Educativa y especialista en Gerencia de la Educación Orlando Camargo Lobo, que lleva 38 años en el magisterio, asegura que Gabriel García es un caso único y muy destacado.

“Sin temor a equivocarme tengo que decir que el caso de Gabriel David es único. Si me retiro en estos momentos de la docencia me iría feliz”, anota el maestro, a quien Gabriel y sus padres lo tienen como su mentor.
El maestro reconoce que Gabriel es un modelo en el aula. “Mientras otros niños se entretienen jugando con cartas que traen de sus casas, Gabriel está leyendo”.
Any Luz Álvarez, la coordinadora de la sede donde estudia Gabriel David, también destaca de él sus capacidades para proponer ideas en pro del colegio.
No olvida leer: Los niños de las Escuelas de Bandas no dejan morir la tradición musical
“Lee mucho y por eso tiene un vocabulario muy enriquecido. Es respetuoso al hablar con adultos y con sus pares. Además hace parte de los centros de interés Tejedores de Paz, que busca generar convivencia, empatía y buen trato”, detalla la coordinadora.





















