Sucre: los cuadros vivos, un arte sin fecha de vencimiento en Galeras

A juzgar por lo que encontramos en las puestas en escena de los cuadros vivos titulados Folclor, herencia ancestral; Catalina de Indias, y De hacha y machete esta tradición del municipio de Galeras, en la sabana del departamento de Sucre, no tiene fecha de vencimiento.

Sus artistas innatos, de todas las edades, esperan con ansias la llegada de cada enero para su debut y otros para seguir demostrando que hacen con mucho amor lo que les gusta y que desde niños han visto en sus hogares y en las calles de este pueblo de tierra 'colorá'.

Junior David Sarmiento Molina, de 13 años; Juan Pablo Valderrama, de 12, y Elías Molina, de 10, son el fiel reflejo de que a la tradición de los cuadros vivos no se le avizora su fecha de vencimiento, pues hacen parte de esa semilla que ha ido germinando y que aspira, como todo un pueblo, ver cristalizado el sueño de ser elevados a Patrimonio Inmaterial Cultural de la Humanidad, título que otorga la Unesco y donde ellos están propuestos.

Esta postulación que tiene tres años de análisis y verificación para otorgarla ha dado pie para que a Galeras, por esta época de principio de año, lleguen turistas, en especial amantes de la cultura, no solo de diversos rincones de Colombia, sino también de otros países.

Junior David, Juan Pablo y Elías no han tenido que ir a ninguna academia a aprender de arte, ellos como otros tantos galeranos se han ‘curtido’ en las calles y en sus hogares en el tema de la representación o personificación.

'Nadie me ha enseñado nada. Yo solito he visto cómo hay que estar en un cuadro vivo y uno mismo hace ejercicios para contener la respiración y los movimientos porque eso es lo que se necesita. No hay que moverse porque perdemos', contó Juan Pablo Valderrama mientras esperaba que llegara un vocero autorizado de la organización a decirle que ya iba a empezar la que es considerada la función del teatro a cielo abierto más grande del mundo.

Juan Pablo y Elías habían llegado desde temprano a la cabecera de Galeras procedentes del corregimiento de Baraya a presentarse en el inicio de la edición XXXV del Festival de la Algarroba y concurso de cuadros vivos con otros tres vecinos. Una de ellas es Ana Elena Bohórquez Sáenz, que a sus 17 años representó en el cuadro vivo De hacha y machete a una anciana que fritaba pescados.

Sin duda es uno de los primeros 25 cuadros vivos más vistosos con los que fue vestida la calle El Porvenir. El cuadro fue expuesto antes en Baraya por su creadora, Juana María Romero Navarro, y por ser uno de los mejores fue escogido para concursar en la zona urbana.

Juana María, que lleva 20 años siendo artista y creando cuadros vivos, llegó a Galeras con sus cuatro artistas jóvenes y niños y ellos mismos hicieron el montaje de este. Madera, palma, cartón, mesa, utensilios de cocina, sillas, atarraya, una canoa y hasta una mano de bocachicos fueron necesarios para armar el escenario que tuvo una función ininterrumpida de 4 horas comprendidas entre las 6:30 de la tarde y las 10:30 de la noche.

'Hago cuadros vivos porque es algo que me encanta. Mi primer cuadro vivo lo hice en Baraya y se llamó invierno y verano. Esto me encanta porque a través de esto uno pone a prueba su creatividad', dice Juana María al tiempo que ratifica que este arte en Galeras no muere porque en su caso particular son los niños los que se le presentan en su casa a preguntarle que si hay cupo para ellos actuar.

'Este arte no muere. A mí que tengo 55 años me encanta y a los niños, las nuevas generaciones, también, entonces eso quiere decir que vamos a estar vigentes por muchos años más', anota.

Y como muestra de que este arte no muere y que es inculcado, sin querer, desde casa por las familias, nos encontramos con los Sarmiento Molina, padre y madre que llegaron desde el corregimiento San Andrés Palomo con el mayor de sus hijos, Junior David, de 13 años, a participar con el cuadro vivo Folclor, herencia ancestral, que muestra al padre entregando la gaita a su hijo que completa con esta 5 participaciones en el concurso.

Junior, al igual que los otros niños, no ha tenido formación en teatro ni nada que se le parezca, pero reconoce que los mejores maestros para actuar en los cuadros vivos los tiene en sus padres que son creadores y actores, y a quienes les dice que va a continuar con ese legado porque le gusta.

Entre tanto María del Carmen Morales Pérez, a sus 18 años, apenas inicia su camino en las artes en esta edición XXXV del festival y lo hizo, en criterio de los conocedores, con mucho profesionalismo, como si la actuación le corriera por las venas.

Llegó a la zona urbana de Galeras procedente del corregimiento Puerto Franco y además de tener que personificar a Catalina de Indias también realizó el montaje del mismo. Antes de las 6:30 de la tarde, hora de inicio de la función, la vimos pintando la estructura de madera sobre la que después estuvo montada 4 horas semidesnuda y con algunas pinturas que los maquilladores, también empíricos e hijos de Galeras, le hicieron, entre ellos Leidy Villacob y José Benítez, quienes minutos antes de ayudar a transformar a María del Carmen en Catalina de Indias también habían hecho de Ana Elena Bohórquez, de 17 años, la anciana del cuadro vivo De hacha y machete.

'Yo no practiqué, solo me dijeron en la posición en la que debía estar y espero que todo salga muy bien', dijo María del Carmen Morales, que siendo Catalina de Indias logró el reconocimiento y admiración del público que esta noche conocerá los nombres de los 5 mejores cuadros de la edición en la que Galeras le rindió homenaje a las bailadoras tradicionales.

Con esta premiación cae el inmenso telón de una función más de los cuadros que siguen vivos y esperando la declaratoria de la Unesco.