La historia vuelve a contar que hoy hace 19 años a las 4:30 de la madrugada, un comando armado de las AUC irrumpió en Chengue, corregimiento de Ovejas, para masacrar a 27 campesinos.
Ninguna de las víctimas hacía parte del conflicto armado. Sus muertes fueron por 'capricho' de Rodrigo Mercado Peluffo, alias ‘Cadena’ quien ordenó a ‘Juancho Dique’ que ejecutara la barbarie.
La noticia tardó en llegar a oídos de la prensa en Sincelejo, que, en contraste, se ocupaba de cubrir el desfile en traje de baño de las candidatas al Reinado Nacional del 20 de Enero.
Todos se trasladaron con premura a la zona. Pasaban de la alegría al desconcierto, pero el país no podía ignorar semejante injusticia.
Diecinueve años después de aquella masacre que incluyó la incineración de casi todas las casas del poblado, la de Chengue es un delito de lesa humanidad declarado así por la Fiscalía en el 2011.
Pero en esta población habitada por 70 personas, esa 'alta' categoría jurídica ha servido de poco para dignificar la memoria moral y materialmente de los campesinos caídos, todos hombres, y de sus familiares.
En estos años Chengue sigue la espera de que se haga realidad el plan de reparación colectiva, que las autoridades convoquen a sus gentes para consruirlo, que terminen de reparar a las víctimas, que reconstruyan las casas quemadas y que brinden otras garantías, como el apoyo para reactivar el agro, y así garantizar el retorno de los que aún esperan volver.
Pero, ante todo, que haya garantías que esta barbarie no se repita, que la fuerza pública los cuide y no pase como el 17 de enero de 2001 cuando las AUCc entraron y salieron a sus anchas de la despensa aguacatera de Sucre y Montes de María.
Jairo Barreto, presidente de la Asociación de Víctimas de Chengue (Asoviche), sobreviviente de la masacre, dice que a las 9:00 de la mañana de hoy celebrarán la eucaristía en la plaza principal del pueblo y habrá actos simbólicos.
Reitera que a la par con la reparación debe haber verdad 'porque lo que han hecho es contar fragmentos, cosas a media y queremos saber la verdad, por qué lo hicieron. Queremos verdad'.
A Chengue lo habitan actualmente unas 70 personas.
Walter Villalba, veedor de los programas de víctimas en Sucre y exmiembro de la Mesa Sucreña por la Paz, critica el que ningún gobierno se haya ocupado del retorno digno.
Alba Buelvas, encargada de la atención a las víctimas en la Gobernación de Sucre tras la masacre, la mayoría de los pobladores se asentaron en la zona urbana de Ovejas y son beneficiarios de planes de vivienda, de ahí que justifique que el retorno no se ha vuelto a analizar.


