Cada vez son menos las horas que separan a los amantes del Realismo Mágico de leer En Agosto nos Vemos, novela póstuma del escritor cataquero Gabriel García Márquez.
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Será este miércoles 6 de marzo, día en que el Nobel de Literatura colombiano estaría cumpliendo 97 años, cuando el mundo conozca su última creación, que saldrá dos días previos a la celebración del Día Internacional de la Mujer.
La protagonista de esta historia es precisamente una mujer, Ana Magdalena Bach, quien cada agosto toma el transbordador hasta la isla donde está enterrada su madre para llevarle flores a su tumba. Esas visitas acaban suponiendo una irresistible invitación a convertirse en una persona distinta durante una noche al año, dándole así rienda suelta a toda su sexualidad.
Lo anterior resulta interesante, porque se centra en una protagonista para llevar el hilo conductor, y sobre todo porque asume su punto de vista. Si bien en su obra la presencia del género femenino siempre ha estado presente, ahora tendrá una fuerza única.
Es importante destacar cómo García Márquez retrata a Ana Magdalena Bach con una profundidad psicológica que trasciende los estereotipos de género, ofreciendo una visión compleja y matizada de la experiencia femenina.
La literatura de Gabriel García Márquez está impregnada de personajes femeninos complejos, poderosos y fascinantes que desempeñan roles cruciales en el desarrollo de sus historias. Se puede hacer un barrido por algunas de ellas como: Úrsula Iguarán, en Cien años de Soledad; Sierva María de Todos los Ángeles, en Del amor y otros demonios; Fermina Daza, en El amor en los tiempos del cólera; Ángela Vicario en Crónica de una muerte anunciada, son solo algunas de las mujeres a las que el Nobel creó e inmortalizó en sus letras.
Las cualidades y conflictos internos que caracterizan a estos personajes femeninos se amoldaron a los deseos y al Realismo Mágico de García Márquez, quien en 1982 tras recibir el Nobel Literatura le dijo al periodista Darío Arizmendi: 'Nada hay más bello en este mundo que una mujer bella, de manera que el gran conjuro de todos los males es una mujer bella'.
Explorando la sexualidad
La escritora cartagenera Nadia Celis Salgado, quien ha tenido el privilegio de leerse la novela antes del lanzamiento mundial, conversó con EL HERALDO sobre la exploración de la sexualidad femenina en la obra de García Márquez, señalando similitudes en la representación de personajes femeninos que buscan liberarse de las normas tradicionales, pero terminan volviendo a la conformidad del matrimonio.
Celis Salgado que lleva años investigando al cataquero, en 2023 publicó Crónica de un amor terrible, en la que la autora se adentra en la vida de Margarita Chica, la mujer real tras Ángela Vicario, la novia devuelta cuya 'mentira' condenó a una 'muerte anunciada'. Tras leer En agosto Nos Vemos, destacó que le parece 'novedoso que Gabo se haya centrado en una protagonista y sobre todo haya asumido su punto de vista. Esta es sin duda la primera vez que lo tenemos de esa manera tan explícita'.
Aclara que la exploración en la sexualidad femenina no es una cosa que sea extraña en la obra literaria de García Márquez.
'Estas exploraciones han estado ahí latentes, y en general también la exploración del deseo y la sexualidad. Y estas ramas se juntan en este texto final, que ofrece una oportunidad para reflexiones interesantes sobre temas como el matrimonio, el deseo extramarital, además cuáles serían las avenidas posibles y deseables de la expresión de ese deseo femenino, la relación entre la mujer y su cuerpo. Es decir, hay una serie de cosas que son interesantes de pensar'.
La literata sostiene que se puede hacer un paralelo interesante, y es que en Crónica de una muerte anunciada Ángela Vicario rompe con la expectativa sobre la virginidad, y se casa a pesar de eso, entonces ya hay una especie de primer intento de romper con la fidelidad y el matrimonio.
'En Agosto nos Vemos también observamos a un personaje que rompe de alguna manera con las expectativas de fidelidad del matrimonio y busca aventuras extramaritales y se explora a través de esas aventuras, esa es Ana Magdalena Bach'.
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Contra viento y marea
La escritora y periodista barranquillera Silvana Paternostro, quien también se leyó la novela y además fue alumna de Gabo en uno de los talleres de periodismo que dictó el magdalenense, destaca la importancia de que el autor se haya arriesgado a escribir sobre un personaje femenino diferente a los que le conocemos, para explorar nuevos territorios en su escritura.
'En esta novela póstuma se palpa un escritor ya maduro en edad y en técnica, no tiene la energía desbocada de su juventud pero se siente todavía esas ganas y esas ansias de hacer algo diferente, sobre todo de escribir contra viento y marea como en su juventud. Aquí decide compartirnos su visión de lo que él piensa, es una mujer independiente. Es su visión o su fantasía, no la mía. Yo creo que lo admirable de este libro es que se atrevió a decir: Ahora quiero escribir un personaje femenino de este tipo'.
Paternostro, autora del libro Soledad & compañía, un homenaje a su gran maestro, agregó que en lo particular le interesa más ese riesgo que tomó el autor con esta propuesta, que la propia narrativa. 'Estoy de acuerdo con él como mujer cuando habla sobre la liberación sexual. El hecho de que haya tomado ese riesgo de decir, y ahora quiero imaginarme cómo es una mujer que piensa así, es totalmente válido. Nunca antes lo había hecho. Un poco como el personaje que nos regala: una mujer casada que decide por primera vez ser infiel. Ana Magdalena Bach y Gabo se atrevieron. Si nos gusta o no ya es decisión de cada lector'.
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Úrsula, la columna vertebral
Alejandro Espinosa Patrón, doctor en Ciencias Humanas y profesor de Semiótica de la Universidad Autónoma del Caribe, destaca cómo la figura de la mujer, representada en personajes como Úrsula Iguarán en Cien años de soledad, se convierte en la columna vertebral de la obra de Gabo. La describe como una mujer resistente, propia de su naturaleza: el Caribe.
Subraya cómo la influencia de García Márquez proviene de su infancia en Aracataca, donde las mujeres de su familia desempeñaron roles significativos en su crianza y educación.
'Este contexto familiar moldeó su percepción del mundo y le otorgó una profunda comprensión de la fuerza y la supremacía de la mujer. Cuando estaba niño, él vivía con sus abuelos y abuelas, vivía allá en Macondo, en Aracataca, y entonces allá dependía de la enseñanza de sus ancestros'.
A través de ejemplos concretos de obras como Cien años de soledad y El coronel no tiene quien le escriba, Espinosa evidencia cómo Gabo presenta a las mujeres como pilares centrales en la trama y en la vida de los personajes masculinos. 'Su dependencia emocional y económica es evidente. Incluso reflejando su relación con Mercedes Barcha, su esposa, que es quien la ayuda a obtener los recursos para lograr publicar su novela cumbre'.
El erotismo
Luis Hernández, doctor en Ciencias Humanas, profesor de la Universidad de Los Andes de Venezuela y quien ha escrito tres libros sobre Gabriel García Márquez, se refirió a la manera en que el autor costeño utiliza la figura de la mujer como un arquetipo simbólico que trasciende las nociones convencionales de género y representa una multiplicidad de roles y significados dentro de su narrativa.
'A través de sus personajes femeninos, construye un mundo autónomo que refleja la complejidad y la riqueza de la memoria colectiva y la cotidianidad. Desde Úrsula Iguarán hasta Remedios la Bella, las mujeres en sus obras encarnan una gama diversa de emociones, deseos y experiencias que contribuyen a la construcción de un realismo simbólico único'.
Otro aspecto que resalta Hernández es la parte erótica en Gabo, el cual considera digna de analizar a fondo.
'Es bien interesante porque en su obra generalmente lo erótico está asociado a lo ingenuo. En su novela póstuma por ejemplo, creo que hay mucho de atrevimiento y erotismo. Desde el psicoanálisis hablar de esa mujer fatal que seduce, que lleva al hombre a la cama, que de alguna manera impone su poder, conlleva a interpretar que en García Márquez la mujer representa un poder'.
Finalmente, sostiene que ha encontrado que más allá de esas nociones antropológicas de matriarcado y patriarcado, la mujer se constituye en una unidad simbólica que siempre va a implicar una representación. 'En el caso de Remedios la Bella, aparece la mujer sensual, la mujer profundamente erótica, pero con una inocencia demasiado grande'.





















