Diciembre llega y la ciudad lo siente. Cambian los horarios, las calles se llenan de luces y las familias empiezan a buscar un espacio para reunirse. Hoy inician las novenas, y más allá de la tradición, este tiempo marca una pausa necesaria en medio del cierre del año.
Es una época que combina la alegría propia de las fiestas con una invitación a la reflexión. Entre los lugares que se destacan para vivir este tiempo está la Catedral Metropolitana María Reina, un punto de referencia espiritual para quienes buscan un ambiente de calma y reflexión durante estos días.
Su párroco, Álvaro García, explica que la preparación para la Navidad no se limita a una fecha específica, sino que es un proceso que se construye de manera constante.
“La preparación permanente consiste en la santidad y la santidad no es una realidad lejana, etérea, es una realidad concreta en el día a día, haciendo bien lo que nos corresponde hacer como siervos de Dios. Cada plano, el artesano, el profesional, el deportista, el artista, el periodista, el comunicador, haciéndolo con pasión, con amor, con entrega y alegría, siempre buscando servirles a los demás”.

El sacerdote explicó que a esa preparación constante se suma un tiempo más cercano, conocido por la Iglesia como el Adviento. “Luego viene una preparación más cercana, que es lo que la Iglesia conoce como el tiempo de Adviento, donde se insiste en la vigilancia y la preparación, que va en la misma línea, la misma dinámica, no preparándonos para una fecha, sino para un acontecimiento, la segunda venida del Señor y haciendo memoria a su primera venida, por eso la realidad del pesebre”.
García indicó que el camino continúa con una etapa aún más próxima, la de los días de la novena. “En estos nueve días se profundiza la reflexión y se coloca la mirada en la Sagrada Familia de Jesús, María y José”.
El horario irá desde hoy hasta el jueves a partir de las 6:00 p. m. El sábado será a las 7:00 a. m y el domingo a las 5:00 p. m.
Para toda la familia
Además de los templos tradicionales, en la ciudad hay espacios que rompen con lo convencional y que, aun así, se han convertido en lugares de encuentro espiritual durante esta temporada. Uno de ellos es una capilla atípica, ubicada en el segundo piso del centro comercial Blue Gardens, un escenario poco usual que sorprende tanto a visitantes como a feligreses.

La construcción de este espacio fue una decisión visionaria que se tomó hace más de dos décadas, cuando apenas comenzaba a levantarse la estructura de este complejo comercial y empresarial, ubicado entre las carreras 53 y 55 con calle 100, en el norte de Barranquilla.
Durante la temporada de novenas, este lugar se suma a la agenda religiosa de la ciudad con horarios pensados para quienes trabajan o transitan por la zona. Las celebraciones se realizarán de lunes a viernes, de 7:15 a 8:15 de la mañana, mientras que los sábados y domingos se llevarán a cabo de 4:00 a 5:00 de la tarde.
“Nuestra misión es evangelizar desde un centro comercial hacia afuera. No es fácil, porque no estamos en una plaza abierta. Aquí hay filtros: portería, ascensores, parqueadero. Pero eso también lo aprovechamos para el buen servicio de la parroquia”, dijo el padre Jaime Marenco.

Desde los parques
Los parques y espacios más queridos de la ciudad se convertirán en punto de reunión para familias enteras, niños y vecinos con ganas de celebrar juntos esta época navideña.
La iniciativa, impulsada por la campaña ‘De la Mano con la Primera’, llevará las novenas a distintos rincones de la ciudad, buscando que el espíritu navideño no se quede en casa, sino que salga a la calle, se comparta y se viva en comunidad.
El recorrido incluye escenarios emblemáticos como el parque Eduardo Santos, Las Palmeras, Bicentenario 2, el Malecón de Rebolo, los parques Insar, Juan Mina y Las Nieves, y cerrará en grande en el Gran Malecón, donde la Navidad suele sentirse con más fuerza junto al río (vea los horarios en el recuadro).
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En cada uno de estos encuentros se espera la asistencia de más de 500 niños, quienes no solo participarán en el rezo tradicional, sino que disfrutarán de tardes cargadas de música, presentaciones culturales y personajes especiales.
Así serán las novenas en el Gran Malecón: el 16 de diciembre se realizarán en La Garosa, en el sector Gastronómico; el 17 de diciembre en Tajamares, también en el sector Gastronómico; el 18 de diciembre volverán a La Garosa, en el sector Gastronómico; el 19 de diciembre tendrán lugar en Paletas Lola, en el sector Puerta de Oro; el 20 de diciembre se llevarán a cabo en Obleantojo, en el sector Recreodeportivo; el 21 de diciembre serán en Oblata, en el sector Nativo; y el 22 de diciembre cerrarán nuevamente en La Garosa, en el sector Gastronómico.
Cada actividad está destinada para niños entre 3 y 12 años.
Tejiendo la tradición
En el barrio Mallorquín, la Navidad se vive de una manera diferente. Allí, un grupo de mujeres decidió unir sus manos y su tiempo para hacer un pesebre al aire libre, en forma de mural, que hoy se ha convertido en punto de encuentro para la comunidad. Una de ellas es Teresa Galindo Robles, integrante del Club de Tejedoras desde hace cerca de año y medio.
“La idea de hacer el pesebre surgió por iniciativa de María Botero, líder de los clubes de tejedoras en la ciudad. Actualmente existen más de diez grupos funcionando. El año pasado habían realizado un pesebre con materiales reciclados, pero este año quisieron hacerlo diferente: un pesebre vertical, tipo mural, visible para todos en el parque”.

Para lograrlo, recibieron retazos de telas donados por algunas empresas. A partir de allí comenzaron a diseñar el proyecto. Usaron malla plástica, uniendo varias piezas hasta alcanzar una estructura de dos metros de alto por siete metros y medio de ancho.
Las novenas se realizarán en la plazoleta cerca del boulevard de Ciudad Mallorquín a partir de las 8:00 p. m. todos los días.
Las casas mantienen el fervor
En la urbanización El Parque, en Soledad, la Navidad se vive de una forma especial en la casa de Hadis María Chica. Allí, el pesebre ocupa un gran espacio del hogar y, por su tamaño y detalles, muchos lo describen como una verdadera mansión para el Niño Jesús.
Armarlo le toma cerca de una semana, aunque no trabaja todo el día en él. “Voy haciendo la estructura, luego coloco las bases y después las luces. Todo es poco a poco”.
Esta tradición comenzó hace unos 18 o 19 años con un pesebre muy pequeño. Con el tiempo, cada diciembre fue sumando nuevas figuras y elementos. “Este año decidí que nada se quedaría por fuera y diseñé una estructura de madera con tres escenarios distintos y un río que recorre el pesebre”. Sus novenas se rezan desde las 6:00 p. m.





















