A sus 33 años, Lorena Parra define su vida actual en un estado de tranquilidad, paz y amando la soltería, porque según ella el cansancio le ganó a las expectativas. Lo que vive tiene un nombre que cada vez se oye más entre mujeres, y se trata de heteropesimismo, esa sensación de que las relaciones con hombres ya no dan confianza, no emocionan o simplemente no valen el desgaste.
Para Tania, las razones vienen de historias que empezaron con ilusión y terminaron mal. “Hoy en día se ve poca responsabilidad afectiva, empiezan con promesas que no cumplen y al final les gusta más estar explorando que tener una relación estable”.
Según la psicóloga clínica Tatiana Martínez, el fenómeno nace de la frustración que deja intentar vínculos con hombres que no están emocionalmente disponibles, o que mantienen dinámicas donde la mujer termina cargando con todo.
“Lo que vemos es un cansancio acumulado. No es falta de amor, es falta de reciprocidad. Las mujeres están dejando de poner su bienestar en riesgo. Cuando dicen prefiero estar sola, lo que están expresando es un límite saludable después de muchas experiencias que les quitaron energía”, afirmó.
Explica que no se trata de un rechazo total a las relaciones, sino de un respiro emocional. “La soltería, en estos casos, no es un vacío. Es un lugar seguro donde recuperan confianza, tiempo y claridad”, explicó Martínez

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“Ya no están para aguantar”
El sociólogo Jair Vega explica que este concepto responde a una transformación social profunda donde la soltería elegida, la exigencia emocional y la ruptura con viejos mandatos conviven en un mismo escenario.
“Hoy muchas mujeres priorizan la madurez emocional y una comunicación más honesta en sus relaciones. A diferencia de generaciones anteriores, en las que se aguantaban conductas dañinas con tal de mantener la relación, ahora prefieren la soltería antes que permanecer en dinámicas desgastantes”.
El sociólogo relaciona este cambio con factores claves como independencia económica, redefinición de la maternidad y mayor acceso a discursos que promueven la autonomía femenina. Esto ha llevado a que la idea tradicional del amor heterosexual se vea cuestionada.
“No estamos ante una tendencia pasajera. Estamos frente a una reconfiguración histórica de la heterosexualidad como referente del amor romántico”.

Sin embargo, hace énfasis en que mientras las mujeres elevan sus expectativas, también crecen movimientos que buscan reafirmar masculinidades tradicionales. “La respuesta de los hombres frente a estos cambios será determinante. La aparición de grupos como la ‘machosfera’ muestra que hay resistencias que complican la transición hacia relaciones más igualitarias”.
Rechazo al modelo
Por otra parte, el doctor en Antropología Rafael Gassón afirma que el heteropesimismo puede interpretarse como un rechazo al heteropatriarcado más que a la heterosexualidad.
“Se trata de la inconformidad de las personas que no encajan o no aceptan un sistema que establece la supremacía masculina y heterosexual como norma”.
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También señala que este sistema se perpetúa a través de los roles de género tradicionales, la división sexual del trabajo y la idealización de la familia nuclear como único modelo legítimo.
“Hay que recordar que la sexualidad humana tiene un componente biológico, sociocultural y de orientación psicológica individual. Además, la diversidad es la base de la evolución. Es una construcción cultural en sí misma”, concluye.
Celibato voluntario y autoemparejada
La cantante Rosalía también es un ejemplo de este fenómeno, quien hace poco se declaró célibe voluntaria. En varias entrevistas ha contado que atraviesa un momento de observación interior, marcado por la sensación de vacío, de saturación y de deseos que ya no encuentran respuesta en las dinámicas actuales.
“Yo ahora mismo estoy soltera, ahora mismo mi prioridad soy yo misma, mi arte, mi tiempo. Si me ve con algún individuo masculino por la calle, por favor, no me lo atribuya como mi novio”. Además, la actriz Emma Watson se denomina “autoemparejada”.




















