Miles de familias católicas alrededor del mundo se reunirán este domingo 7 de diciembre para celebrar el segundo Domingo de Adviento, una fecha clave dentro del camino espiritual que conduce hacia la Navidad.
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Aunque la tradición se vive de manera especial en los templos, cada vez más hogares preparan pequeños espacios de oración para encender la segunda vela de la corona, un signo que recuerda la esperanza y el compromiso de preparar el corazón para el nacimiento de Jesús.
En los últimos años, comunidades parroquiales han invitado a los fieles a recuperar los ritos de Adviento en casa, promoviendo momentos breves de lectura bíblica, reflexión y oración familiar. Esta dinámica ha permitido que niños, jóvenes y adultos participen activamente, manteniendo vivas costumbres que antes se reservaban para la misa dominical.

Asimismo, la música también ocupa un lugar central. Los cantos crean un ambiente de serenidad y ayudan a que el encendido de la vela se convierta en un instante significativo de unión. Muchas familias preparan pequeños encuentros al final del día para cantar, leer el Evangelio correspondiente y compartir una intención especial.
El Adviento marca el comienzo del Año Litúrgico católico, y se extiende durante las cuatro semanas anteriores a Navidad. Cada domingo está asociado a un gesto particular. En esta ocasión, se enciende la segunda vela, tradicionalmente de color morado, que simboliza la preparación interior, la paz y la perseverancia espiritual.

Además del encendido, este período invita a colocar las decoraciones navideñas en el hogar, especialmente el árbol y la corona de Adviento, elementos que acompañan las reflexiones de cada semana.




















