Hablar del Carnaval de Barranquilla es sumergirse en tradición, música, danza y memoria. Y desde 2005, todo ese universo ha encontrado un lugar en las páginas de una revista que este año celebra su vigésima primera edición.
Lo que comenzó como un proyecto cultural se ha convertido otro testigo de la fiesta más grande de Colombia. En cada impresión esta publicación ha narrado cómo el Carnaval se reinventa sin perder su raíz, cómo se abrazan las costumbres del pasado mientras se celebra el presente y se sueña con un futuro lleno de color.
A lo largo de dos décadas, la revista ha mostrado a los protagonistas visibles como reinas, reyes, comparsas y danzas, pero también ha iluminado a los héroes anónimos: artesanos, músicos, vestuaristas y gestores que, desde el silencio, hacen posible la grandeza de la fiesta.
Con orgullo, el director de Carnaval de Barranquilla S.A.S., Juan José Jaramillo, destacó la realización de la revista sacando pecho por el hito en sostenibilidad logrado este 2025.

“Este es un año especial porque la empresa devela al mundo una norma técnica sectorial, la 006-01, que nos convierte en la primera fiesta, no solo de Colombia, sino del Caribe insular, que trabaja por la sostenibilidad”, explicó Jaramillo.
El anuncio confirma un camino que abre nuevas puertas para la fiesta: unir tradición y cultura con responsabilidad ambiental. “Este Carnaval 2025 es el primero en la historia de nuestra fiesta que compensa y deja una huella de carbono lenta”, agregó el director.
A la par de este logro, la celebración alcanzó cifras históricas en participación, impacto y alcance, consolidándose como la industria creativa y cultural más grande del país.
El rugido del gorila, ese que desde niña aprendió a bailar, se convirtió en la piel simbólica de Tatiana Angulo Fernández de Castro, reina del Carnaval de Barranquilla 2025, quien protagoniza la portada de la revista en esta edición 21.
Vestida con el traje de la danza que marcó su amor por la tradición, Tatiana revive en esas páginas lo que fue un sueño cumplido.
“Como lo soñé y hasta más. Me siento feliz, satisfecha. Lo volvería a repetir con todos los imprevistos, con todas las cositas y las cosotas, porque es inolvidable”, dijo Tatiana al hablar de su experiencia al frente de la celebración.

Con emoción recordó lo que significó estar al servicio de la ciudad y recibir el cariño de familias enteras, que, según ella, son las verdaderas guardianas del legado carnavalero. “Inolvidable ver el cariño de las familias, del barranquillero que desde chiquitos ya lleva a sus hijos para que ese legado perdure en el tiempo”.