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La designación de Adolfo Maury como Rey Momo del Carnaval de Barranquilla 2026 estuvo marcada por la alegría, pero también por un profundo sentimiento. Con los ojos puestos en el cielo y la voz entrecortada, el director de la danza del Congo Grande dedicó este triunfo a su hijo Kevin Felipe Maury González, desaparecido desde el 8 de marzo de 2019.

Ese día, Kevin salió de su casa en horas de la tarde junto a Laura Marcela Guarín Gómez, quien también permanece desaparecida. Según el relato de su padre, ella lo había buscado poco antes para que la vinculara en el grupo de danza durante la temporada carnavalera, pues planeaba mudarse a Medellín. “Todo parecía normal”, recuerda Adolfo. Kevin salió vestido con bermuda, tenis y una camisilla. Le dijo a su mamá que no demoraba. Nunca regresó.

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Las primeras horas estuvieron llenas de incertidumbre. Adolfo, al llegar de su trabajo, no lo encontró y le escribió. Al principio recibió respuestas que parecían de su hijo: “Él solía decirme apá en los mensajes”, relata. Pero pronto notó algo extraño: empezó a recibir respuestas en un tono distante, tratándolo de “usted”. Poco después, el celular se apagó. Horas más tarde, desde el teléfono de Guarín, llegó un mensaje asegurando que estaban en Santa Marta, pero nunca hubo más comunicación. Desde entonces, la familia vive en la espera.

El sospechoso de su desaparición fue identificado como Juan Ricardo Carvajal Vargas, mejor conocido como El Diablo, quien en su día fue cabeza de una diversa red de prestamistas, quien falleció el año anterior.

Los hechos que lo llevaron a ser buscado por las autoridades ocurrieron en marzo de 2019 en la ciudad de Barranquilla cuando un joven de 25 años, conocido como Kevin Maury, desapareció junto a su pareja, Laura Marcela Guarín, de 23.

Hoy, con la responsabilidad de encarnar a uno de los personajes más emblemáticos de la fiesta, Adolfo no olvida a Kevin. “Se lo dedico a una persona muy especial que me ha acompañado siempre, que es mi hijo. Donde quiera que estés, hijo, este triunfo es tuyo. Muchas veces me hiciste perseverar, muchas veces cuando salía derrotado me decías: apá, vamos para adelante, que tu tiempo va a llegar. Hoy veo hecho realidad este anhelo y se lo agradezco a él donde quiera que esté. Anhelo su regreso y sé que Dios me va a conceder ese deseo”, expresó conmovido a EL HERALDO.

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Pero sus palabras no solo estuvieron dirigidas al cielo. También dedicó este logro a su esposa, quien atraviesa quebrantos de salud y no pudo acompañarlo en la ceremonia. “Sandra, amor, te dedico este triunfo por el cual hemos luchado mucho durante tantos años. Estoy satisfecho y contento del trabajo que hemos venido desempeñando juntos”, afirmó.