¿Qué ocurre cuando las caretas que utilizamos tos los días se agrietan? ¿Qué es lo que queda cuando el ego, ese narrador interno que edita nuestra historia, muere? El autor Stefano Llinás Lamboglia presentó recientemente esta obra profundamente personal y literariamente osado.
La muerte del ego, no se trata de una novela ni tampoco de una antología. Este texto es un campo de batalla narrativo donde distintos personajes, tiempos y escenarios revelan un solo protagonista, que básicamente es la conciencia herida de su autor, que visibiliza la liberación de su propio caos. Cada cuento es una herida quirúrgica contra ese «yo», que bajo la apariencia de identidad, a veces encarcela.
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Desde el cuento inicial, El Cenit, donde una mujer sencilla descubre que el consuelo puede llegar incluso a través de una mentira, hasta la inquietante historia de El hombre acortado y la oscuridad casi mitológica de Endriago, esta obra navega entre la introspección, el absurdo, el horror existencial y lo sagrado.
En conversación con EL HERALDO, Stefaneo, contó que en su libro se pueden escuchar resonancias de Cortázar, Borges o incluso Lovecraft, y que la voz que habita estas páginas es única, valiente y directa.
Simbolismo y la revelación
El autor advierte desde el prólogo que esta obra nace de una difícil y oscura, donde escribir era una forma de disparar al propio reflejo. Pero también lo hacía como una ofrenda: “Que esta lectura sea un funeral y una celebración”, pronunció Llinás.
Y es que realmente lo es. Hay cuentos que abrazan con ternura, como Primalidad o Casetes, y otros que desgarran con preguntas que nadie quiere responder como: ¿Qué es el alma cuando se silencia la voz que se cree indispensable?
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“Digamos que todo sucedió como al revés. Yo escribí las historias primero y el hilo conductor se lo encontré a posteriori, estas las había escrito en mis primeros años como escritor, entonces comencé a hacer una elección de cuáles eran las mejores y elegí estas 12. ¿Por qué ese hilo conductor en particular? Porque yo noté que todas las historias lo que intentaban hacer era herir a mi ego, sin yo saber que eso era lo que estaba haciendo”, contó Llinás.
El autor afirma que tomaba piezas de su propia personalidad, recuerdos, emociones y obsesiones incluso, que asediaba su mente en ese entonces y lo transformaba en una historia.
Grandes inspiraciones
Llinás Lamboglia, es un narrador que irrumpe en la escena literaria con una propuesta valiente y contemporánea. Su pluma mezcla lo onírico con lo íntimo, lo filosófico con lo grotesco, en un acto de demolición literaria del ego como mito moderno.
Su obra desafía los géneros, coquetea con lo prohibido, y sobre todo, deja huella. Pero todo lo que lo compone como autor de obras, viene detrás de algunas referencias.
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“En la época donde estaba escribiendo estas historias, yo estaba influido por algunos escritores que estaba leyendo por mi situación en ese momento de mi vida. Entonces me interesaba mucho la literatura gótica inglesa, me gustaban también los cuentos de Edgar Allan Poe y de Jorge Luis Borges, y creo que se puede notar un poco la influencia de esos géneros”, dijo.
Igualmente comentó que le gustaba Cumbres Borrascosas, que es una novela gótica que también es romántica a la vez, pero más que todo le interesaba el lado oscuro de las cosas y siempre le ha gustado la variedad, ser un poco más ecléctico, y no quería que todos los cuentos fueran de un solo género, sino cambiarlo un poco y considera que el orden en que los colocó, refleja esa diversidad.
“La idea era ofrecerle distintas experiencias al lector, y siento que cada uno va a entender la obra de manera distinta, dependiendo de cómo es cada quién. Pero en general me gustaría que la gente se atreva a ser más curiosa”.