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La Catedral Metropolitana María Reina, volvió a ser el epicentro de una profunda muestra de fe y devoción. Desde temprano, los fieles empezaron a congregarse en el templo para participar en la ordenación episcopal de dos queridos sacerdotes de la comunidad, quienes recibirían el sacramento del orden en el grado de obispos.

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Monseñores Dimas Antonio Acuña Jiménez y Edgar Jesús Mejía Orozco vivieron su gran día con el mismo respeto y humildad que los ha caracterizado desde que decidieron servirle a la Iglesia y al Señor.

Las filas de bancos se llenaron rápidamente, y aquellos que no pudieron encontrar un lugar en el interior se dispusieron en los alrededores, siguiendo la ceremonia.

Un acto solemne

La ceremonia de ordenación episcopal fue presidida por el arzobispo de Barranquilla, Monseñor Pablo Emiro Salas, quien durante su intervención destacó cómo el Señor, como supremo pastor, continúa guiando a su rebaño a través del sacramento del orden que reside en los obispos.

“Barranquilla y la diócesis de El Banco reciben este momento de gracia y de bendición donde el Señor sumo sacerdote, fiel a sus promesas, continúa apacentando como supremo pastor a su rebaño, mediante la plenitud del sacramento del orden que reside en el obispo”.

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El arzobispo también resaltó la importancia de la presencia de los obispos en la Iglesia, afirmando que así como no hay Iglesia sin Cristo, no puede haber Iglesia sin obispos, quienes hacen visible y eficaz la presencia de Jesús entre su pueblo.

El acto también contó con la presencia del nuncio del Papa Francisco en Colombia, monseñor Paolo Rudelli

Jesús Rueda

Profunda gratitud

Los nuevos obispos recibieron la imposición de manos y el anillo episcopal, símbolos de su nueva misión pastoral.

Monseñor Dimas Antonio Acuña Jiménez es ahora obispo de la diócesis de El Banco y compartió su visión de cómo la historia personal y colectiva se convierte en una historia de salvación, un espacio donde Dios habla a cada momento.

“Es un signo grande para mí y toda la arquidiócesis que se prepara para celebrar el centenario. La historia se transforma en historia de salvación, es decir, el espacio donde Dios Padre me habla y nos habla a cada instante. Su amor se ha manifestado en mi familia, mi pueblo Usiacurí y ahora en El Banco”.

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En su mensaje, el obispo hizo un llamado a la meditación como una herramienta esencial para aprender a leer los signos de los tiempos y reconocer la presencia de Dios en nuestras vidas. “Sólo quien medita puede aprender a leer los signos de los tiempos, ver más allá la presencia de Dios Padre”, afirmó, invitando a los fieles a seguir este camino de contemplación y discernimiento.

Por su parte, Monseñor Edgar Jesús Mejía, quien ahora será obispo de la Arquidiócesis de Barranquilla, recordó sus orígenes y expresó su profunda gratitud a todos aquellos que lo acompañaron en su viaje espiritual y personal. “La Iglesia ha sido la gran familia en la que he descubierto el auténtico sentido de mi existencia”.

El obispo mencionó especialmente a su excelencia, el cardenal Rubén Salazar, quien confió en él desde el inicio de su sacerdocio. 'Confianza expresada primero en su excelencia el cardenal Rubén Salazar, quien me ordenó sacerdote y se fió tanto de mí que apenas me ordenó, me colocó como formador en el seminario regional de la costa atlántica Juan XXIII', recordó con agradecimiento.

Jesús Rueda