El 17 de abril de 2014 (Jueves Santo) marcó un día de luto para la comunidad latina, ya que dos grandes figuras del arte, el salsero puertorriqueño Cheo Feliciano y el Nobel de Literatura colombiano Gabriel García Márquez, partieron de este mundo.
Este miércoles se conmemorará una década sin la presencia física de estas figuras, por lo que EL HERALDO ha querido iniciar los homenajes póstumos con esta semblanza sobre José Luis Feliciano Vega, más conocido artísticamente como Cheo Feliciano, quien dejó grandes éxitos dentro de la industria musical con su voz única y estilo inconfundible.
A lo largo de su carrera, Cheo interpretó superhits salseros como Anacaona, El ratón, Salí porque salí, Los entierros o también el bolero Amada mía, de la autoría de José Nogueras, el cual confesó en una entrevista sería la canción que más le gustaba cantar. Su talento le permitía brillar interpretando música tropical o romántica.
Del listado de sus boleros memorables destacan además su versión de Contigo aprendí, de Armando Manzanero, Solo un beso, Coincidencias, No te perdono, entre otros.
Su habilidad para transmitir emociones a través de su canto lo convirtieron en un ícono indiscutible, ganándose el cariño de millones de admiradores por el mundo.
Sin embargo, su legado va más allá de sus logros artísticos. Cheo Feliciano fue un símbolo de superación personal.
A pesar de enfrentar obstáculos en su vida, incluyendo adicciones y problemas legales, logró sobreponerse y encontrar redención a través de su pasión por la música.
Su carrera comenzó en 1952 cuando se mudó a Nueva York para trabajar como percusionista. Por recomendación de Tito Rodríguez, su ilustre carrera de cantante tendría un despegue en la década de 1960 con el sexteto de Joe Cuba y luego con Alegre All Stars y Eddie Palmieri.
Su memorable frase
En 1971, Feliciano firmó un contrato de grabación con Vaya (una subsidiaria de Fania) y se convirtió en miembro de Fania All Stars. En 1980 grabaría uno de sus álbumes más populares Sentimiento, tú, el último con el sello Fania. El título, Sentimiento, tú, corresponde a una de las frases de marca registrada de Feliciano que usaba con frecuencia en sus improvisaciones.
En diálogo con EL HERALDO, Jessi Ramírez, reconocido periodista de la escena salsera en Nueva York, sostuvo que sin duda alguna lo más destacable fue que Cheo, de la mano del gran compositor Tite Curet Alonso, supo entregar canciones cargadas de grandes mensajes sociales, como por ejemplo Los entierros, en los que realiza paralelos entre los funerales de las personas de la alta sociedad y de la clase baja.
'Por ejemplo, la canción Juan Albañil trata sobre un albañil que no puede permitirse vivir en las casas y condominios que construye por sus altos precios y los prejuicios sociológicos de la sociedad. Sobre una tumba humilde compara el duelo de una familia pobre con el de una rica. Los pobres no pueden pagar una lápida de mármol grabada, pero ofrecen un ‘sentimiento’ genuino y humilde'.
Agregó que tuvo la oportunidad de entrevistarlo en varias ocasiones y siempre encontró un ser humano cargado de humildad. 'Era dueño de una voz melodiosa, además muy querido por todos, tanto por el público como sus colegas, pues tenía ese don de gente. Recuerdo cuando Eddie Palmieri me pidió que le escribiera la dedicatoria al disco blanco en el que grabó Cheo e Ismael Quintana, allí lo conocí mejor, era un ser maravilloso, muy noble, por eso creo llegaba con facilidad a todo el mundo'.
Un lazo con Colombia
El destacado músico cordobés Francisco Zumaqué se convirtió en el gran vínculo entre Cheo Feliciano y Colombia, pues fue este quien compuso el tema Lágrimas de mujer, que interpretaría Cheo en la orquesta de Eddie Palmieri.
'Para mí es un honor que Cheo haya interpretado mi canción que muchos no lo notan, pero tiene unos arreglos muy complicados, Palmieri trajo hasta unos trompetistas latinos para que le dieran todo el sabor, porque había unas notas muy altas, notas a las que Cheo llegaba ‘muerto’ de la risa, algo realmente impresionante. Es más, la grabación de su voz fue en una toma única'.
Zumaqué rememoró que fue durante la grabación del Álbum blanco de Palmieri en el que lo conoció, descubriendo a un ser humano excepcional.
'Lo lloré cuando murió, porque tenía un talento extraordinario, era un genio de la improvisación, del soneo y de la interpretación fina de los textos. Cheo no necesitaba que le dijeran absolutamente nada. Me parece que es uno de los más grandes profesionales que ha existido en todos los tiempos salseros'.
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Su paso por Barranquilla
Ley Martin, organizador de eventos y hombre de radio, recordó que logró traerlo con el respaldo de Eduardo Verano, actual gobernador del Atlántico, Jorge Medina, que era el dueño de ‘El Merendero’, y Danilo Marín, hijo de don Guillo Marín, amigo de Gabriel García Márquez.
En ese entonces marcaron un hito, ya que protagonizó el primer evento popular que se hizo en el teatro Amira De la Rosa.
Esa presentación ocurrió el 12 de mayo de 1985, y algunos sectores de la sociedad 'pusieron el grito en el cielo', porque el Amira no lo prestaban para eventos populares.
'Cheo era un personaje muy querido, asequible, amable y como lo manejaba su esposa Socorro ‘Coco’ Prieto, se prestaba para todo, así que les dije que debíamos hacer una campaña promocional diferente y les propuse irnos para los barrios populares como Las Nieves y La Chinita. También lo llevé a la sede del picó El Solista, lo montamos en un carro de mula, conoció el estadero La Cien, fue una experiencia única, él vino a cantarle a las madres en su día en el Amira De la Rosa, algo histórico'.
Ley Martin afirma que Cheo Feliciano está en el mismo nivel de Héctor Lavoe, o Celia Cruz, incluso el mismo Rubén Blades siempre ha reconocido que comenzó siendo un imitador suyo.
'Blades comenzó cantando con Los Salvajes del Ritmo en Panamá y alcanzó a grabar A las seis es la cita, una canción de Cheo, así que eso dice mucho de la grandeza de este hombre que aún con todo lo grande que fue se montó en un carro de mula en Barranquilla'.
Armandito Jinete, heredero del picó El Solista, dijo que tenía 12 años cuando vio a Cheo Feliciano llegar a la sede del picó de su familia. 'Cheo se tomó fotos en una casita de tabla que había al lado de nuestra sede, también en un carro de mula, en el barrio Juan Domínguez Romero, en ese entonces le decían El Matadero, no estaba pavimentado. Los únicos picós que visitó en Barranquilla y Soledad fueron El Timbalero y El Solista. Para nosotros representó algo grande, nos llena de orgullo, representa mucho que un artista internacional venga a visitarnos, eso dice mucho de la grandeza de Cheo', comentó Jinete.
Osman Torregroza, organizador del baile La Gustadera en el barrio Las Nieves, donde se presentó Cheo, dijo que este es el único baile popular en la Costa Caribe donde cantó un artista de La Fania All-Stars.
'El día de la presentación era domingo, pero hubo un apagón en Barranquilla, entonces la aplazamos para el día siguiente, el lunes, y fue un éxito. Llegó Feliciano y El Timbalero, el hombre cantó todos sus éxitos: Salí porque salí, Amada Mía, hizo un cover de A las seis es la cita, Juan Albañil y Anacaona'.
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Torregoza contó que todo esto se dio con el auspicio de Mike Char y la emblemática emisora Olímpica Stereo.
'En ese tiempo la entrada valía $6.000 para los hombres y $5.000 las mujeres, el baile se llenó, fue un acontecimiento sin precedentes, todos querían estar allí para ver a Cheo Feliciano alternando con El Timbalero'.
Al recordar a Cheo Feliciano en el décimo aniversario de su partida no solo se celebra su talento incomparable, sino también su espíritu inquebrantable y su impacto perdurable en la cultura latina. Su voz sigue sonando en cada nota de salsa, recordando que su legado es eterno y que su música vivirá para siempre, especialmente en Barranquilla, donde dejó gratos recuerdos.




















