El acordeón es un instrumento versátil que ha sido utilizado en una variedad de géneros musicales, desde la música clásica hasta el folclor tradicional. Ha desempeñado un papel fundamental en la narración de historias y la transmisión de la cultura.
Analizar su impacto e influencia en la sociedad protagonizó una de las sesiones programadas en el segundo día del Carnaval Internacional de las Artes titulada 'El acordeón: un instrumento para cantar y contar la historia cultural de una región'.
El destacado economista e historiador samario, Joaquín Viloria De la Hoz, se adentró en la historia del icónico instrumento a través de su libro 'Acordeones' publicado en el 2018, en donde además de explorar sus antecedentes cuenta cómo el acordeón con sus notas alegres es capaz de impactar la cultura de una región.
Su descubrimiento, como él mismo lo señala, provino no de una búsqueda dirigida, sino de un feliz accidente en medio de su trabajo rutinario como investigador económico e historiador.
Este hallazgo revela detalles precisos sobre la llegada del acordeón a Colombia, un tema de largo debate entre estudiosos y aficionados del vallenato.
Un informe de la Secretaría de Hacienda, predecesora del actual Ministerio de Hacienda, datado del periodo fiscal de 1869-1870, revela que en este lapso se registraron las primeras importaciones legales de acordeones.
Inspirado por el nivel de detalle en las memorias de Hacienda, el historiador se embarca en una exploración documental extensa.
La investigación, que inicialmente podría haberse centrado únicamente en el periodo de importación legal del acordeón a mediados del siglo XIX, se expande hacia una búsqueda insaciable de entender no solo el instrumento sino también el contexto cultural preexistente.
'Yo me voy a consultar a Alejo Carpentier, que escribe un libro maravilloso sobre la música en Cuba, digamos aparentemente en Cuba, pero en realidad es un libro sobre la música en el Caribe, al final. Entonces, se me convierte, por decirlo así, en una obsesión el tema de la investigación y ver qué había antes del acordeón, porque es que el acordeón llega a mediados del siglo XIX y Riohacha fue clave para ello'.
Recordando el inicio de los festivales
Viloria recuerda aquel evento en Aracataca, cubierto y titulado por el Diario del Caribe en Barranquilla y El Tiempo en Bogotá como el primer festival de música vallenata, el cual enciende un debate que perdura hasta hoy.
Mientras algunos lo consideran simplemente una parranda, otros ven en él un origen formal de los festivales de vallenato que seguirían. Lo cierto es que las palabras impresas en aquellos periódicos establecen un precedente imposible de ignorar.
'A Rafael Escalona se le dio por hablar un poco de más y entoncesen la entrevista en el Diario del Caribe dice que este festival es muy importante, está escrito ahí, eso no lo pueden borrar este festival es muy importante y no puede hacerse en Aracataca todos los años, este festival tiene que ser rotativo y el segundo festival debe hacerse en Valledupar'.
Con la creación del Departamento del Cesar en 1967 y la elección de Alfonso López Michelsen como su primer gobernador, el escenario estaba listo para el establecimiento del Festival de la Leyenda Vallenata en Valledupar, que se consolidaría como el evento insignia para la celebración de esta expresión artística.
A pesar de las controversias sobre sus orígenes y la naturaleza de sus primeras ediciones, este festival se ha convertido en un emblema de la identidad cultural colombiana, reconocido por su autenticidad y su capacidad para capturar la esencia del vallenato.
'En Valledupar lo hacen excelente, creo que más nadie lo podría hacer mejor pero lo único cierto es que en el año 1966 según la prensa se hizo el primer festival de música vallenata en Aracataca'.
La gran influencia de Gabo
La figura de Gabriel García Márquez en la promoción y el reconocimiento del vallenato como elemento crucial del patrimonio cultural colombiano es innegable. Su influencia, extendiéndose más allá de las letras y permeando la música, representa un capítulo fascinante en la historia cultural del país.
El historiador recuerda un día en Cartagena donde Gabo expresa su deseo de escuchar música vallenata y de esta manera lo que comienza como un deseo de disfrutar de la música local se transforma en lo que la prensa titularía como el primer festival de música vallenata, destacando la participación y victoria de figuras emblemáticas como Colacho Mendoza y Rafael Escalona.
'Para mí Gabo fue el gran cerebro, y con una obra como Cien años de soledad que el dice que es un vallenato, bueno eso no lo vamos a repetir porque siempre se repite lo mismo, pero es la persona más poderosa universalmente, no en Colombia, universalmente como colombiano que le da el espaldarazo a esta música'.





















