Dentro de la música vallenata no existe un nombre más fascinante y místico que el de Francisco Antonio Moscote Guerra, mejor conocido como Francisco ‘el Hombre’.
Este se constituyó sin saberlo, en el primer juglar de este folclor, en su primer intérprete reconocido y en el primer acordeonero, en sacar las mejores notas al acordeón conocido como 'tornillo de máquina'.
Se tiene registro que ese primer acordeón entró por el puerto de Riohacha, a mediados del siglo XIX, hacia 1869, sin que se hiciera aprecio del mismo, pues para las élites prevalecientes para la época la música que se interpretaba con este instrumento de viento no era grata.
Contrario a lo que se suele creer, él no fue un ser mitológico, sino un hombre de carne y hueso, todo un caminante, cual juglar de respeto.
Este hombre nacido el 14 de abril de 1850 en el corregimiento de Galán, jurisdicción de Riohacha, y que falleció el 19 de noviembre de 1953, hace exactamente 70 años, en el corregimiento de Villa Martín, ganó renombre, al punto que cuenta con un festival en su honor, y hasta el Nobel de Literatura colombiano, Gabriel García Márquez, lo mencionó en su obra cumbre Cien años de soledad.
'Meses después volvió Francisco El Hombre, un anciano trotamundos de casi 200 años que pasaba por frecuencia por Macondo, divulgando canciones compuestas por él mismo. En ellas, Francisco El Hombre, relataba con detalles minuciosos las noticias ocurridas en los pueblos de su itinerario…'.
En diálogo con EL HERALDO, Luis Brito, habitante del corregimiento Galán, contó que Francisco fue hijo de José del Carmen Moscote y Juana Guerra, y que su muerte ocurrió cuando tenía 103 años.
'Su papá era comerciante, a él le llegaron tres acordeones, y se quedó con una. Se fue a trabajar y al regresar encontró a Francisco tocando el acordeón. De hecho el apodo se lo puso su mismo papá que exclamó: ‘Carajo Francisco, usted es el hombre’ para tocar este instrumento'.
Derrotando al 'diablo'
En su libro Los secretos del vallenato, el historiador Julio Oñate Martínez comenta que Francisco es hoy el símbolo de nuestra cultura musical, mitificado y convertido en leyenda merced a un episodio que tuvo ocurrencia en los comienzos del siglo pasado.
'Después de varios días de parranda, Francisco regresaba a su pueblo montado en su burro, sacándole notas a su acordeón tornillo e’ máquina, mientras despachaba un par de botellas de chirrinche que llevaba para el camino. Al llegar a la sabana Los Cerecitos comenzó a escuchar a lo lejos el sonido de un acordeón que repetía lo que él ejecutaba, pero con notas brillantísimas y ágiles, diferentes a las de cualquier músico conocido de la región'.
Intrigado, Francisco se acercó hasta la orilla de un riachuelo, donde los grillos se silenciaron, las luciérnagas se apagaron, los murciélagos se espantaron y el graznido de una lechuza fue secundado por un relámpago que brotó de las aguas, haciéndole comprender que estaba ante algo sobrenatural.
La música del extraño personaje se tornó espeluznante y un olor a azufre invadió el lugar.
'De las sombras emergió un acordeón incandescente que botaba candela y tizones encendidos por los botones. A punto de perder el sentido, Francisco alzó su vista al cielo y tocando música sacra comenzó a rezar el credo al revés, y al sentir la presencia divina, el maligno pegó un desgarrador aullido', detalla Oñate.
Un duelo místico
El gestor cultural y guía del Museo Nacional del Vallenato en Fonseca, Nafer Vergara le dijo a esta casa editorial que existe la teoría de que a quien enfrentó Francisco fue a Luis Pitre, destacado acordeonero fonsequero.
'A ese duelo le dieron un matiz lleno de mitología, pero al parecer en una de sus borracheras, se encontraron en el camino y tuvieron un duelo de acordeón. Luis Pitre es uno de los artistas más insignes que tiene la música vallenata, sobre todo en esta región, porque a partir de él surgen otros grandes. Entonces, esa es la parte real del mito de la contienda de Francisco ‘El Hombre’ con el diablo, y en realidad era el fonsequero Pitre'.
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David Hernández, docente de Uniguajira y director del del Museo Nacional del Vallenato, explica que su papá conoció a Francisco ‘El Hombre’, y este le contó que nunca enfrentó al diablo.
'Resulta que antes se viajaba en burro, y a él se le dio por tocar acordeón de noche. Al pasar por el cerro, el sonido que sacaba le rebotaba, lo que conocemos como eco, en realidad no fue que tocó contra el diablo. Su gran duelo fue contra Luis Pitre, y como ese tocaba más, le dijo: ‘Ahora sí, te salió el diablo’'.





















