Salamina, municipio del norte caldense, hace parte de uno de los 18 pueblos patrimonio de Colombia, considerado así por su arquitectura, belleza, clima, fauna y flora.
Pero su valor más importante es su gente, que a pesar de las adversidades por las que atravesaron en la marcada época de la violencia, salieron al paso de ese temor y hace 20 años viven su fiesta: ‘La Noche del Fuego’.
Sus habitantes le hicieron frente al dolor y buscaron la manera de reencontrarse con sus amigos, familiares, vecinos y decidieron volver a su acostumbrada tradición de crear enormes faroles para engalanar el municipio.
El historiador Fernando Macías Vásquez, director de la Escuela Taller de Salamina, Caldas narró para EL HERALDO, esa parte de la historia de Salamina, que aunque dolorosa en algún momento, la resiliencia los mantuvo en pie y hoy son uno de los destinos turísticos preferidos de colombianos y extranjeros.
Contó que para 1998 hasta el 2002 aproximadamente, se presentó un fenómeno de violencia bastante agudo en Salamina, Caldas.
'La población a las 6 de la tarde estaba completamente sola, en toda época, no se encontraba una sola persona en las calles, pues había una línea divisoria ubicada en la carrera sexta manejada en ese entonces por las AUC y hacia el oriente otra línea imaginaria donde pernoctaba el frente 47 de las Farc al mando de alias ‘Karina’', relató el historiador.
Salamina fue deshabitándose junto a su único corregimiento: San Félix, ubicado a 3.000 metros sobre el nivel del mar y donde se encuentra El Valle de la Samaria, uno de los lugares más hermosos de este país con una reserva importante del árbol insignia de Colombia, la Palma de Cera.
Ese mismo corregimiento llegó a tener 13.500 habitantes y después del fenómeno violento, quedó con 1.600 personas.
Según su historiador, el día más feliz para la gente de San Félix era el 31 de diciembre porque todos los habitantes organizaban unas cabalgatas y se iban a Salamina a llevar regalos, los mejores caballos, la gente salía feliz y buscaban la manera de recibirlos, entonces sabían ellos que a las 12 de la noche tenían la plaza completamente llena de personas esperando que llegara la cabalgata… Pero en el año 2002, no llegó nadie. Ya el desplazamiento era total, para ese entonces.
'Como anécdota al mejor estilo ‘Garcíamarquiano’, —como lo denominó el historiador—, es que la gente se sentó en los andenes a llorar, estaba completamente deshabitado el pueblo, había mucha desconfianza, por eso decidieron reencontrarse con esa parte de la tradición, de su cultura y volver a los faroles que es una integración familiar y salir a las calles del municipio como hacía mucho tiempo no pasaba', dijo para EL HERALDO Fernando Macías Vásquez.
Contó que desde el 7 de diciembre —desde hace 20 años— comenzaron a salir a las calles 'a derrotar el miedo de alguna manera'.
El inicio de ‘La Noche del Fuego’ tiene esa connotación, medio triste y medio dramática, pero a partir de ahí cambió la historia. 'Nunca se buscó que se volviera turístico se trataba de la unión de la gente porque todos trabajaban juntos', precisó.
Hoy por hoy hay mucha gente que quiere hospedarse. 'Antes habían siete hoteles, ahora hay más de 40 y todo eso está completamente copado. Esta fiesta ha ido tomando fuerza', resaltó el historiador.
Salamina, la ciudad luz, cuna del Paisaje Cultural Cafetero
En Salamina se teje la posibilidad de darse un proyecto que permitiera mostrar la excepcionalidad de su paisaje y es la razón por la que fue considerada la cuna del Paisaje Cultural Cafetero.
Germán Correa Campuzano, director comercial del Parque Temático Café entre Montañas dijo a EL HERALDO que Salamina está considerado uno de los pueblos más bellos de Colombia por su arquitectura y es reconocida como ‘La ciudad luz de Caldas’ por la gran cantidad de poetas y personas ilustres que han aportado al desarrollo económico, social y político de la Nación.
Por todas estas bondades que ofrece este municipio del norte caldense fue declarado el 25 de junio del 2011 como Paisaje Cultural Cafetero, Patrimonio de la Humanidad así lo informó el historiador Alejandro Naranjo.
Salamina más allá de ser la cuna del Paisaje Cultural Cafetero, es una tierra campesina y montañera, que se siente orgullosa de promocionar el paisaje y de brindar al mundo la oportunidad de conservar las tradiciones a través de esa promoción cultural.
Sus fiestas patronales son en honor a la Virgen de la Inmaculada Concepción que dan inicio del 29 de noviembre al 8 de diciembre, siendo el día central el 7 de diciembre fecha que se conoce como ‘La Noche del Fuego’.
'Esa noche es precisamente cuando propios y visitantes, tienen la oportunidad de encontrarse con la luz del alma y es el momento para disfrutar de la festividad religiosa en el marco de la una festividad pagana y es ahí cuando te encuentras contigo mismo, que encuentres la luz de tu corazón, pero sobre todo que vives la magia de la pasión de las tradiciones', señaló Naranjo.
Esta es Salamina, Caldas, donde su gente es sinónimo de gentileza, amabilidad, trabajadores y con un espíritu emprendedor típico de su región.
Valle de la Samaria, casa de la Palma de Cera en Caldas
El Valle de la Samaria, ubicado en el corregimiento de San Félix a 3.000 metros sobre el nivel del mar es una joya de la naturaleza del norte de Caldas. Lugar donde el turista podrá disfrutar de senderismo, cabalgatas ecológicas, vivir un turismo experencial y sobre todo poder disfrutar de un paisaje rodeado del árbol insignia de Colombia: la Palma de Cera.
Jhon Alexander Abril Castro, administrador del Mirador Valle de la Samaria y guardabosque contó a EL HERALDO que en este lugar le ofrecen al visitante hospedaje y glamping.
De estos servicios dejan un porcentaje para que sea destinado a la conservación del árbol Palma de Cera.
'Esto nos ha permitido tener al día de hoy más de 2.300 palmas sembradas y más de 300 árboles nativos', contó.
Relató que en el pasado mes de septiembre participaron en la segunda sembratón de la Palma de Cera y Caldas fue el departamento que más sembró a nivel nacional.
'Estuvimos aliados con Corpocaldas, Gobernación de Caldas y el Ejército Nacional', dijo Abril Castro a EL HERALDO.
'La idea es hacer estas sinergias para que esta palma no desaparezca. Estamos trabajando en pro de esa conservación. Lo más bonito que tenemos es el plan padrino donde las personas pueden adoptar una Palma de Cera y contribuyan a que sembremos cinco o 10 en el bosque', puntualizó.




















