Los Vergara Jasdanwala, una familia que defiende sus raíces

'En la India encontré una luz, la espiritualidad y el amor', dijo Jairo Vergara mientras permanecía sentado en la sala de su casa ubicada en el corregimiento de Salgar (Puerto Colombia). En ese momento Yasmín, su esposa, estaba en la cocina terminando de preparar un humectante capilar de hojas de guayaba y canela para su hijo mayor.

Amirudin, el mayor de sus cuatro hijos, tocaba la guitarra en la puerta mientras que Omeralicia, su hermana, se mecía en la hamaca guindada en la terraza. Al mismo tiempo Ahmed permaneció en el segundo piso y Taher cantaba un reguetón que escuchaba a todo volumen.

Hace más de 20 años esta familia llegó a Colombia con sus bases sentadas en la energía, el arte y lo espiritual. En lo que trasciende y no es estático. El teatro ha marcado sus vidas y sigue siendo una de las razones que los mantiene unidos.

Jairo Vergara, quien es docente de Arte Dramático de la Universidad del Atlántico, conoció a su esposa, Yasmín Jasdanwala, maestra de teatro y yoga, originaria de Bangalore (India), mientras estudiaba becado en una universidad de ese país.

'Cuando llegué a la India un amigo me dijo que había un colectivo de teatro parecido al que yo tenía en Barranquilla, ella era miembro. Tres años después hicimos una obra y ahí comenzó el romance, nos enamoramos e hicimos una gira por España, Alemania y luego nos vinimos a vivir aquí', explica Vergara.

En el Caribe, Yasmín ha podido construir una vida diferente, rodeada de arte y naturaleza, lejos del régimen musulmán al que era sometida por sus padres cuando estaba pequeña.

'Cuando le dije a mi papá que no iba a seguir viviendo así me quitó su apoyo y tuve que terminar la educación sola. En 2003 quedé embarazada de mi primer hijo y le escribí una carta, su respuesta fue que él no iba a reconocer a mi familia' dice Yasmín.

Pero ese no fue el último contacto con su papá, pues al poco tiempo se fue a la India con dos de sus hijos y allí vivieron durante seis años.

'Cuando regresamos vivíamos en una casa que mi papá nos alquiló en Trivandrum, Kerala, y llegaba todos los días a las 9:00 a. m. durante seis meses para ver qué hacíamos nosotros y se dio cuenta de que mi esposo no era malo y que sí estábamos practicando teatro', expresa.

Para entrar a la casa de la familia Vergara Jasdanwala deben dejar los zapatos en la puerta, porque 'lo que viene de la calle allá se debe quedar'.

Aunque ya no viven en la India, las tradiciones se mantienen al practicar los cantos y rituales sagrados.

'Cuando viene el cumpleaños de Ganesh, en agosto, hacemos el ritual del mantra, hacemos taller de yoga y todos los viernes y sábados cantamos. También antes de iniciar cualquier clase de yoga cantamos porque él es el que rige el primer chakra, Mooladhara, que hace referencia a la tierra, la raíz', explica Yasmín.

La alimentación ha sido un pilar fundamental para que mantengan una vida saludable y balanceada, ya que todos en la familia son veganos y no consumen bebidas procesadas.

'Esa es una filosofía que hemos seguido, pero al final nuestros hijos tienen la libertad de decidir qué quieren comer y cómo ser. Los mayores entienden más porque vivieron allá, porque los menores aún no han podido viajar', puntualiza.

Uno de los grandes retos que han atravesado como familia es hacerles entender a las personas que sus creencias son igual de válidas y minimizar el estigma que han sembrado hacia las personas que practican esta religión.

'Es un desconocimiento al conocimiento porque a uno lo ven como un viejo hippie loco, pero realmente soy uno de los viejos teatreros que quedan en la ciudad', dijo Vergara.

Los sueños de hacer de la sociedad algo mejor se cumplen con pequeñas acciones. En el patio de la casa de Jairo y Yasmín, ubicada en la carrera 4 con calle 9E de Salgar, poco a poco han venido construyendo el que será un teatro y casa de cultura para que los niños de la comunidad puedan potencializar sus habilidades artísticas.

'Mientras terminamos de construir, todos los jueves les damos clase a los niños donde no solo actúan sino que enseñamos bailes tradicionales de la India. La idea es abrir un espacio para la cultura y el arte y así los niños puedan estudiar teatro, danza, música', señaló Vergara.

En la familia cada miembro ha venido desarrollando habilidades artísticas como la pintura, música, artesanía, danza y el teatro. En el caso de Amirudín, la música se ha convertido en su más grande pasión, tanto que está pensando regresar a la India para estudiarla de forma profesional.

'El arte es la filosofía de nuestra casa y es lo que sembramos para el barrio, para cambiar la comunidad. Tengo la ventaja de que mi mamá es de la India y en eso tengo mucha riqueza. Aunque también es una dualidad porque en realidad somos de todos lados al tener la capacidad de observar la cultura desde otros ángulos y eso te vuelve creativo', dijo el joven.

Dentro del legado que quieren dejar está difundir las danzas tradicionales de la India y, con la apertura del teatro, generar mayores oportunidades para las poblaciones vulnerables que sientan afinidad hacia las manifestaciones artísticas.

Aunque la comunidad india en Barranquilla no es muy grande, la ciudad es considerada como un buen aliado en materia comercial para el país asiático, principalmente en materia de telecomunicaciones.

El cónsul honorario de India en Barranquilla, Juan Yacamán, dijo a EL HERALDO que 'la mayoría de hierro y textiles que entran al país por Barranquilla provienen de la India. Estamos teniendo mucha materia prima como algodón para fabricar telas acá'. El cónsul afirmó que el país en general ha tenido un 'apoyo significativo' por parte del Gobierno indio, como lo fueron los páneles solares que se encuentran instalados en el parque Tayrona.

'También estamos trabajando en conjunto con la embajada en becas profesionales para que vayan a la India a estudiar y regresen con los conocimientos al país', expresó.

En cuanto a la influencia cultural de los indios en el departamento está la práctica del yoga y la meditación.

'En este momento tenemos 12 escuelas de yoga en la ciudad, porque esta es una comunidad muy bonita y aquí han acogido bien esta práctica', dijo.

Hace unos días el embajador de la India, Sanjiv Rajan, llegó al Atlántico para hacer entrega de un busto de Mahatma Gandhi, que pesa media tonelada y fue hecho en bronce, ubicado en el Plaza de la Paz, lugar que fue resaltado por el mandatario como 'propicio' teniendo en cuenta lo que Gandhi representa para su comunidad. 'Con esto buscamos conservar el legado de la paz que une a la India y el Atlántico', dijo.

Por su parte, la gobernadora Elsa Noguera dio el aval para que este espacio sea la sede del Día Internacional del Yoga que se realiza el 21 de junio.