Uruguay comenzó a implementar medidas preventivas de preparación del sistema de abastecimiento de agua potable, ante “un escenario caracterizado por precipitaciones escasas y caudales circulantes por debajo de los valores medios en la zona sur”.
Así lo anunció este martes Obras Sanitarias del Estado en un comunicado en el que también exhortó a la población a llevar a cabo un “uso responsable” del agua.
Según detalló, se llevó a cabo una reunión interinstitucional entre la mencionada compañía estatal, el Instituto Uruguayo de Meteorología y la Dirección Nacional de Aguas en la que se resolvió activar las medidas de preparación del sistema y pedir responsabilidad a la población en el uso del agua con el objetivo de “preservar y maximizar” las reservas que se encuentran disponibles.
“Las acciones que se vienen desarrollando de forma progresiva incluyen el fortalecimiento del monitoreo de los recursos hídricos y las reservas, la evaluación permanente del estado del sistema, la adecuación de la gestión operativa y la preparación de infraestructuras de emergencia, entre otras medidas”, detalla el comunicado.
Asimismo, se pidió a la población no utilizar agua de manguera para el lavado de fachadas, patios, calles y veredas, utilizar el agua de forma racional en el lavado de vehículos, realizar riegos de jardines de manera eficiente y moderada, utilizar de forma moderada los lavarropas y lavavajillas y minimizar el llenado de piscinas.
En 2023, el país suramericano afrontó la peor crisis hídrica de su historia. El 23 de agosto de ese año, el Gobierno puso punto final a una emergencia que fue decretada 65 días antes, tras una larga sequía que afectó el suministro de agua en los departamentos (provincias) de Montevideo y Canelones, así como también en otras localidades.
De hecho, el caudal de la represa de Paso Severino -con capacidad para 67.000.000 de metros cúbicos de agua- llegó a ser de poco más de un millón de metros cúbicos.
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El día que la emergencia llegó a su final, las tres líneas de bombeo de la zona metropolitana tenían unos 16 miligramos de cloruro y unos 30 miligramos de sodio por litro de agua.
Durante la emergencia hídrica, los valores máximos permitidos fueron de 720 miligramos de cloruro por litro de agua y de 440 miligramos de sodio por litro de agua.





















