Como sacada de una película de suspenso, es la historia que vive la familia de Raúl Vásquez García, de 53 años, después que falleciera en la clínica del Prado en Santa Marta por un paro cardiorrespiratorio y su cuerpo desapareciera, sin explicación alguna de su paradero.
Se conoció que Vásquez García era atendido como sospechoso a contagio de COVID-19, no obstante, el resultado de la prueba del Instituto Nacional de Salud (INS) dio negativo, como le fue informado a su pareja en la Secretaría Distrital de Salud de Santa Marta.
Según Laris Olarte, esposa del finado, Vásquez fue llevado al mencionado centro asistencial un viernes en la tarde con la presión alta, pero después de ser valorado fue pasado a una habitación.
'Cuando llega el médico de turno el domingo dice que lo va a pasar a UCI para ponerle oxígeno y desde ahí no me lo dejaron ver más', agregó Olarte, quien fue informada de su deceso, ese mismo día en horas de la tarde.
Así mismo, manifestó que el acta de defunción se la entregaron hasta el martes en la tarde, pero el miércoles cuando fue a buscar el cuerpo, le respondieron que no lo tenían y no sabían dónde estaba.
Por su parte, el abogado Oscar Peralta, apoderado de la familia del occiso, señaló que 'la coordinadora de la clínica dijo que tenían una sala transitoria con aire acondicionado para mantener los cuerpos sin vida y confirmó que el fallecido estaba en estado de descomposición. Se pidió el servicio a la Funeraria Americana, pero al llegar se encuentran con que el cadáver no está y no sabemos qué pasó, porque en la morgue tampoco está'.